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M. MENÉNDEZ
GIJÓN.
Lunes, 19 de febrero 2018, 02:16
El avión turbohélice bimotor Beechcraft 300 Super King Air 350 que Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena) utiliza para verificar distintos sistemas de los aeródromos del país, volvió este domingo a Asturias para tratar de calibrar el sistema de aterrizaje antiniebla ILS ( ... Instrumental Landing System) de la pista de Santiago del Monte. Poco antes de las tres de la tarde el avión regresó a Madrid.
No es la primera vez que trata de ponerse en marcha el ILS desde que fuera renovado a finales del año pasado. Tras la inversión de casi medio millón de euros en la actualización del equipamiento, para lo que fue necesario tenerlo apagado durante dos meses, fue reactivado en diciembre. Pero su funcionamiento no fue el correcto. El avión calibrador pasó por Asturias en diciembre, enero y febrero. La última vez, ayer. De los datos recabados por la tripulación de la aeronave se deducirá si se han solucionado los problemas, ya que solo funcionaba correctamente la guía lateral de todas las ayudas necesarias para los aviones, mientras que daba error la guía de descenso. De lo analizado ayer podría depender la puesta en servicio del ILS asturiano. La casualidad hizo que la niebla impidiera el pasado viernes que el avión de AENA pudiera hacer la pasada de calibración que estaba prevista. Ayer, con total visibilidad, se pudo hacer la prueba.
Aena creó en 2007 la Unidad de Verificación en Vuelo, a la que pertenece el avión enviado ayer al aeropuerto de Asturias. Comenzó a prestar servicio un año después, convirtiéndose de esa manera en el primer proveedor civil español de servicios de verificación en vuelo de ayudas a la navegación aérea, que son imprescindibles para comprobar desde el aire que los sistemas de ayuda instalados en tierra funcionan de manera correcta. El aparato encargado de estos trabajos cuenta con una consola de verificación en vuelo de última generación, así como personal altamente especializado que puede verificar sistemas como el ILS en sus categorías I, II y III, radio balizas, comunicaciones e indicadores de aproximación de precisión y visual.
El ILS de Asturias es de categoría III, lo que permitirá a los pilotos, cuando funcione correctamente, descender hasta los treinta metros sobre el umbral de la pista antes de tomar la decisión de aterrizar o no. Al estar ahora desconectado, han de decidirlo antes de llegar a los sesenta metros. Eso significa que si a esa altura no ven la pista, el avión no puede aterrizar.
Y esto fue lo que ocurrió el pasado viernes, cuando una densa niebla instalada sobre el aeropuerto asturiano hizo que numerosos vuelos fueran desviados a Santander y Lisboa e, incluso, algunos fueran directamente cancelados. La falta de ayudas electrónicas al aterrizaje complicó mucho la vida a pilotos, pasajeros y personal del aeródromo de Santiago del Monte.
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