Los abades entrante, David Cueto, y saliente, Adolfo Mariño.

«Adolfo, brillarás más porque mandarás más. David, tienes dones que ayudarán a Covadonga»

La Iglesia asturiana dedica a Ibias la celebración de ayer, y la alcaldesa exhibe las ganas de reactivarse del concejo del suroccidente

Octavio Villa

Gijón

Lunes, 9 de septiembre 2024, 02:00

Más allá de las cuitas vinculadas a la política, en Covadonga había ayer, en una jornada luminosa y soleada, cálida por temperatura y por el ambiente popular, motivos para festejar. Más allá de los vivas a la Virgen que concita el cariño de la práctica totalidad de los asturianos, por fe o por vinculación emocional, en el Santuario hay cambios. Ayer fue el último día de los siete años en los que el nuevo vicario general de la diócesis, Adolfo Mariño, ejerció como abad del Santo Sitio. Mariño, con su habitual sonrisa y su fácil trato con todos, desde el más alto cargo al más humilde peregrino, ha marcado un estilo en Covadonga que el arzobispo quiso reconocerle especialmente al término de las celebraciones, en la Cueva, cuando ante todos los representantes eclesiásticos, políticos y sociales le expresó su admiración «por todos estos años de trabajo en Covadonga. Adolfo, ahora brillarás más aún, porque tendrás más responsabilidades y mandarás más», le espetó, lo que el todavía abad recibió con una sonrisa humilde que hasta llegó a parecer, por momentos, tímida.

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A su lado estaba el canónigo David Cueto, que esta mañana asumirá de forma oficial el cargo que venía detentando Mariño, en el curso de una celebración eucarística sencilla en la Basílica, en la que contará con la presencia emocionada de toda su familia (Cueto es hijo de quien fuese consejero de Sanidad en el Gobierno del recordado Sergio Marqués, el no menos apreciado Antonio Cueto). A David, que hace pocos años era el párroco de todas las parroquias de Ibias, Degaña y el sur de Cangas del Narcea y que allí demostró ser, por encima de sacerdote, todo un ejemplo de humanidad no ya con los fieles, sino con todos los habitantes de la zona en situaciones de dificultad (muchos ancianos solitarios tenían en sus visitas el único momento de interacción social de sus semanas). A Cueto le reconoció el arzobispo que «tienes muchos dones que ayudarán mucho al santuario de Covadonga».

Precisamente, a Ibias le dedicó la Iglesia asturiana este Día de Covadonga. Su alcaldesa, Gema Álvarez (PP), intervino en el final de la Eucaristía, invitada por el arzobispo. En sus palabras, unió el elogio a lo que Covadonga significa para todos los asturianos con la defensa de un territorio, el suyo, del que exhibió sus ganas de reactivarse socioeconómicamente con sus nuevas iniciativas de emprendimiento tras el final de la minería.

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