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Ramiro Concepción es el único viajero que se apea en la estación DE CAMPOMANES. FOTOS: JESÚS MANUEL PARDO
Adiós a la rampa de Pajares 139 años después

Adiós a la rampa de Pajares 139 años después

El recorrido, inaugurado en 1884, dejará de tener uso con la inauguración de la variante. Los vecinos de la zona por donde discurre el trazado piden mantener esta infraestructura

Domingo, 22 de octubre 2023, 00:49

Fue el gran hito en las comunicaciones entre Asturias y la meseta a finales del siglo XIX. La rampa ferroviaria de Pajares se inauguraba un 15 de agosto de 1884, diez años después del inicio de las obras. Un recorrido entre las estaciones de Puente de los Fierros, en Lena, y Busdongo (León) de casi 43 kilómetros para sortear el importante desnivel, de más de mil metros. Un trazado que sigue en servicio en la actualidad, serpenteando las pendientes de la cordillera Cantábrica, atravesada por 61 túneles y otras construcciones que protegen a los trenes. Son los modernos Alvia de Renfe los que circulan por el mismo camino que lo hacían entonces las locomotoras a vapor. Pero su uso tiene fecha de caducidad. El próximo 30 de noviembre entra en servicio la variante, tras 20 años de trabajos, aunque el viaje inaugural será el día anterior. Y a partir de entonces, el tren abandonará los ráiles por los que transitaron durante 139 años.

Poco antes de las once de la mañana de una jornada laboral cualquiera ya se ve uno de los trenes Alvia procedentes de Madrid descender por el trazado. Poco después sale de uno de esos túneles y atraviesa sin detenerse y a alta velocidad la estación de Puente de los Fierros, en su día un importante enclave ferroviario. Unos pocos minutos más tarde pasa otro convoy, un interregional procedente de León. Se detiene, pero no se abren las puertas. No hay viajeros que suban o bajen. Desde hace un rato, se encuentra estacionado un cercanías procedente de Gijón. Llegó vacío y la estación se encontraba desierta.

Al lado, pasa un vecino de la población lenense. «Es raro ver viajeros del tren por aquí, quizá uno o dos de alguno que llega hasta aquí», señalaba Juan Carlos Sorio. Y es que no todos tienen destino en Puente de los Fierros. La mayoría ya sólo llegan hasta Pola de Lena. «Pero lo que espero es que no nos quiten los cercanías con la entrada en servicio de la variante. Sería el fin de un pueblo que siempre ha vivido de los trenes». Recordaba, de hecho, que muchas familias de este núcleo vivían alrededor de la rampa. «Como otros, mi padre también fue ferroviario. Trabajaba en el mantenimiento de los túneles. Daba mucho trabajo. Aquí había cuatro tiendas y cinco tabernas. Ya no queda nada de eso, apenas somos quince vecinos».

«Da vida»

Entre las estaciones de Pola de Lena -de donde ya parte la variante en su nuevo trazado- y Busdongo todavía están en funcionamiento los apeaderos de La Frecha y Campomanes. A las dos de la tarde, junto a un largo mercancías que acaba de llegar a esta última parada, arriba un cercanías procedente de Gijón. Del tren solo se baja un viajero. «Efectivamente, no sabemos si van a mantener estas estaciones en servicio a partir de que se abran los túneles. Nadie nos informa ni sabe nada. Hay poca gente que las usa, pero las hay», explicaba Ramiro Concepción. «No sé qué harán con la rampa, pero sería un tremendo error condenarla al olvido. Se le puede dar otros usos. ¿Y qué ocurriría si sucede algo en los túneles y no se pudieran usar? Quedaríamos incomunicados. Habría que preservarla como un plan 'B'», aseguraba.

En el zigzagueante recorrido de la rampa hay otras estaciones que tuvieron su protagonismo, pero que ya están en desuso. Los pueblos hace tiempo que dejaron de mirar al recorrido ferroviario y se centraron más en el paso por carretera del puerto de Pajares. Jesús Fernández es de esta localidad. «Tengo 42 años y, desde que tengo uso de razón, allí -decía señalando a la estación que está en una cota más alta- ya no paraban los trenes». A pesar de eso, considera que la rampa no debería de quedar sin uso. «No se puede dejar así como está de un día para otro. Puede ser un peligro, porque esos túneles requieren de un mantenimiento, hay gente que se puede meter por ahí o los animales. Hay ideas para desarrollar un tren turístico o un banco de pruebas para empresas del sector. Cualquier cosa para que se mantenga la infraestructura».

Las numerosas vías que hay en la estación leonesa de Busdongo dan pistas de la importancia que tuvo este nudo en el pasado. A su lado, quedan restos de edificios y de negocios que ya se trasladaron al otro lado de la carretera del puerto, por donde todavía pasa y se detiene la gente. «Solo se detiene el interregional que va a Asturias; y sí, sube y baja gente, sobre todo peregrinos que hacen parte del Camino de Santiago en tren», señala una vecina de Rodiezmo, Nazaret Álvarez. «Pero la gente de aquí no lo usa. Esto es una zona rural y necesitamos el coche para nuestros desplazamientos habituales», opina, como el resto de las personas consultadas, sobre el fin del trazado. «Un tren da vida, por poca que sea. Ahí está el playero que pasa todos los veranos a su destino en Gijón», añade. De hecho, el usuario de Campomanes decía que el tren «nunca es pasado, siempre tiene un futuro».

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