La tragedia se ceba con Asturias: seis muertos en accidentes laborales en poco más de un mes

Luctuoso inicio de octubre en Asturias después de que septiembre cerrase como uno de los peores meses en lo referente a accidentes laborales. En menos de veinte días se produjeron cuatro graves sucesos en los que fallecieron tres trabajadores y otros nueve resultaron heridos. A ello hay que sumarle los dos siniestros mortales ocurridos en lo que va de octubre, uno de ellos en Cancienes y último en Gijón este mismo martes. Pero si nos remontamos unas semanas más atrás, la cuenta sube. A finales de agosto perdía la vida un leñador en el monte de La Cueva, cerca de Infiesto.

P. R. R., de 62 años, fallecía este martes, 8 de octubre, mientras trabajaba en las obras de un nuevo edificio del barrio de Nuevo Roces. El siniestro se produjo sobre la 13 horas en la avenida de Roces cuando una de las patas del andamio falló y este cayó sobre la víctima.

Un avilesino de 60 años ha muerto este 3 de octubre tras sufrir un golpe en la cabeza mientras trabajaba en una empresa situada en el polígono de Cancienes. Los sanitarios trataron de reanimarlo durante varios minutos, sin éxito.

Dos trabajadores resultaron heridos, uno de ellos grave, el pasado 19 de septiembre cuando reparaban un puente grúa en las instalaciones que la empresa avilesina Tadarsa tiene en el Parque Empresarial del Principado de Asturias (PEPA). Los dos operarios, de 44 y 29 años de edad, sufrieron quemaduras como consecuencia de una descarga eléctrica ocurrida alrededor de las siete de la mañana.

El accidente laboral en el PEPA tuvo lugar apenas dos días después del grave siniestro en las instalaciones de ArcelorMittal en Veriña, donde tres trabajadores de la empresa auxiliar Daorje sufrieron graves quemaduras al ser alcanzados por una deflagración que al parecer un exceso de presión habría causado en el circuito de alimentación de gas de la batería de cok número 1 en Veriña (Gijón).

El incidente se produjo durante una maniobra en dicha red de gas. Para aliviar el exceso de presión, se activó la válvula de seguridad y, de forma abrupta, tuvo lugar la deflagración, posiblemente por la entrada de aire en el circuito. Los tres trabajadores afectados se encontraban realizando las tareas habituales de mantenimiento que efectúa Daorje en las baterías de cok, así como en otras instalaciones de la factoría. Estaban «en tránsito», explicó el director de Sostenibilidad y Comunicación de ArcelorMittal en España, Alberto Carrero. Es decir, que pasaban por la zona de camino a otro lugar cuando las llamas les alcanzaron.

El 11 de septiembre falleció José Manuel L. C., de 32 años y natural de Cangas del Narcea, en la localidad de Figaredo, en Mieres. El operario murió tras chocar la máquina del tren de Cercanías, de la línea C-8 Collanzo-Baiña, contra la carretilla elevadora en la que se encontraba trabajando.

Todo apunta a que el impacto hizo que, a pesar de estar equipado con arnés de seguridad, el hombre se precipitase desde la cesta en la que se encontraba trabajando, golpeándose, al parecer, con la propia estructura de la grúa que sujetaba la misma.

El accidente laboral mortal ocurrido en la localidad mierense sucedió apenas seis días después del que tuvo lugar en el puerto gijonés de El Musel –el peor en 100 años– en el que perdieron la vida en el acto dos operarios de la empresa de Montajes Astur Manzana.

Ambos, vecinos de Gijón, lo hicieron en circunstancias similares, tras precipitarse al suelo desde una altura de unos diez metros al desestabilizarse la pieza de una grúa de descarga de barcos en la que estaban trabajando. Arrastró las dos grúas pluma que la sujetaban. Los fallecidos son César Méndez, de 23 años (cumplía 24 en cuestión de días) y Roberto Martínez Laguno, de 49. El accidente dejó además otros cuatro trabajadores heridos, dos de ellos de carácter grave.

Un trabajador de nacionalidad rumana falleció a finales de agosto en el monte de La Cueva, cerca de Infiesto, en Piloña, al ser golpeado en la cabeza por una rama que se desprendió de un árbol. Vasile Iacob, de 55 años y natural de Sighisoara, en Transilvania, residía en Pravia desde hace cinco años, estaba casado y tenía tres hijos.

El trágico accidente que acabó con su vida se produjo cuando Vasile Iacob estaba desbrozando un monte. Su cuerpo presentaba un fuerte traumatismo en la cabeza y fue encontrado por otro empleado de la empresa, con sede en Coaña, donde ambos trabajaban.

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