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Luisma Fernández, minero de Caboalles, ante el castillete del pozo María. Álex Piña
«Para sacar el cadáver de Calviño de Cerredo hubo que reptar a ciegas»

«Para sacar el cadáver de Calviño de Cerredo hubo que reptar a ciegas»

Luisma Fernández, minero de Ceboalles, encabezó el rescate del su compañero fallecido en la mina de Degaña en 2015

Chelo Tuya

Caboalles

Domingo, 6 de abril 2025, 08:51

Decir Luisma en Villablino es decir minero. Uno que dejó su huella en los pozos de ambos lados de la barrera administrativa que separa Degaña, y su mina Cerredo, con la comarca Laciana, en cuyo pueblo de Caboalles de Abajo nació en 1972. Y que fue secretario general de la Federación de Minería e Industria de Castilla y León y presidente del comité de empresa del Grupo Cerredo. Y sigue como delegado de USO en todo lo relativo a la mina.

Hijo y hermano de minero, no es padre de minero. Primero, porque la minería extractiva cesó en 2018. Segundo, «porque la mina es muy dura». Tras el accidente mortal que el pasado 31 de marzo le costó la vida a cinco mineros leoneses en la mina asturiana, Luisma Fernández volvió a recordar aquel día de julio de 2015, cuando en la misma mina, en la de Cerredo, el cielo subterráneo se vino encima del camión que ocupaba Roberto Calviño. Era su último día antes de las vacaciones de verano.

El minero, de 40 años y natural de Villablino. quedó atrapado bajo toneladas de tierra y rocas, las mismas por las que tuvieron que reptar Luisma Fernández y cinco compañeros más.

«En cuanto todo se hundió sobre el camión, tuvimos que entrar a sacarle por un agujero de unos 50 centímetros. Íbamos reptando a ciegas, por una tierra que se movía y que nos podía dejar atrapados en un segundo».

Con todo, llegar hasta donde estaba el infortunado minero no fue lo peor. «Tuvimos que sacar a pala todas las piedras que había sobre la cabina para poder desenterrarle». Hecho el camino, tuvieron que llegar los brigadistas de Hunosa para excarcelar el cuerpo. Fallecido en el acto, el esfuerzo de sus compañeros sirvió para dar consuelo a su familia. «Todavía guardo la foto que nos hicieron cuando me abracé a su hermano al salir de la mina».

Se jubiló convencido de que aquel «iba a ser el último accidente mortal». Pero la misma mina asturiana acabó, en 2022, con la vida de otro minero, en circunstancias muy similares a la de Roberto Calviño. El uruguayo Richard Daniel Sander quedó atrapado en su camión. Y el 31 de marzo de 2025, una explosión de grisú en Cerredo se llevó cinco vidas y dejó cuatro heridos. «No es posible que haya pasado esto. Hay mucho que investigar porque algo no se hizo bien».

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