«Ésta es una lucha política y ética que no puede cesar»

«Ésta es una lucha política y ética que no puede cesar». Así lo entiende la Cámara asturiana que esta mañana, con motivo del 25N, Día Internacional para la eliminación de la violencia contra las mujeres, aprobó una Declaración de la Junta de Portavoces -no institucional por no contar con el apoyo de Vox- en la que ratifica su compromiso con «las políticas públicas para la eliminación de todas las violencias que se ejercen sobre las mujeres y niñas por el mero hecho de serlo« y el »refuerzo de la unidad en la defensa de una sociedad verdaderamente igualitaria y libre«.

La Junta General se compromete por ello a seguir avanzando «en políticas efectivas en la atención y apoyo a las víctimas« para que puedan recuperar sus vidas »con autoestima, seguridad y dignidad plenas«. Sostiene la Cámara asturiana que deben afrontarse todas las formas de violencia contra las mujeres, «desde la violencia económica a la ciberviolencia que ha irrumpido en el ámbito digital», y también seguir mejorando los sistemas de protección de las víctimas, «sobre todo de aquellas más invisibilizadas o en situación de mayor vulnerabilidad, como las mujeres en el ámbito rural, las mujeres mayores o las expuestas a la violencia sexual, la trata y explotación sexual». Y, en línea con el lema que este año acompaña todas las reivindicaciones, incide también en la necesidad de «romper silencios y alzar la voz».

En el texto, además, se destaca la conmemoración, el próximo 28 de diciembre, del vigésimo aniversario de la aprobación de la Ley de medidas de protección integral contra la violencia de género que, resaltan, «situó a nuestro país en la vanguardia internacional impulsando políticas públicas para la prevención de la violencia, la sensibilización social y la protección y reparación a las víctimas». Coinciden las fuerzas firmantes del documento -PSOE, PP, IU-Convocatoria por Asturias, Foro y la diputada Covadonga Tomé- que para llegar al punto en el que nos encontramos fue «clave» la reivindicación histórica del feminismo y del movimiento asociativo de mujeres, así como la importancia de que todas las instituciones trabajen ahora de forma conjunta con estas organizaciones para seguir avanzando. «Veinte años después de aquella ley precursora, es mucho lo conseguido», celebran. «Desde la puesta en marcha de políticas públicas para la atención integral de las mujeres que sufren violencia y de sus hijas e hijos, en las que Asturias es referente a nivel estatal, hasta la constatación de que nuestra sociedad es cada día más intolerante frente a la violencia machista», relatan. «Hoy las víctimas no están solas, cuentan con el apoyo de las administraciones y las instituciones y disponen de recursos para acompañarlas en el difícil proceso de salir con todas las garantías de la espiral de violencia en la que están inmersas», concluyen.

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