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El estruendo en Allande fue un terremoto

El estruendo en Allande fue un terremoto

Los vecinos de Pola de Allande creyeron inicialmente que «se trataba del ruido de un avión de combate»

BELÉN GARCÍA HIDALGO

Martes, 13 de junio 2017, 02:02

Faltaban apenas unos minutos para las cinco de la tarde del domingo cuando los sismógrafos del Instituto Geográfico Nacional registraban un terremoto de 2,4 grados en la localidad de Allande, en el suroccidente de la región. Su foco se situó a doce kilómetros de profundidad. Los vecinos de Cereceda, un pueblo situado a unos dos kilómetros de Pola de Allande, aún permanecen asombrados por la noticia. Cuenta que oyeron «como si se acercase un avión de combate. El ruido se repitió por dos veces. Pensamos en un avión, pero en el cielo no vimos nada. En realidad, supimos que había sido un terremoto por los medios de comunicación», cuenta sin querer revelar su identidad.

José Antonio Mesa, alcalde de Pola de Allande, reconoce no haber percibido nada. «La verdad es que no me enteré del terremoto. El domingo estuve en un torneo de fútbol aquí y no lo sentí», confiesa el regidor. Sin embargo, José Luis García, afirma que escuchó «un ruido muy fuerte. Sonó como un avión que pasa muy bajo, muy cercano a las casas. Fue un estruendo, la verdad». Coincide con el resto de los vecinos en señalar que no fue hasta la mañana siguiente cuando descubrió el origen de aquel ruido. «Cuando tuvimos noticia del terremoto, relacionamos rápidamente aquello. Fue en la misma hora. Yo salí a la calle pensando que era un tractor o algo así. ¡Quién se lo iba a imaginar! Los terremotos los relacionas con temblores de tierra y aquí la tierra no se movió», concluye este vecino del barrio de Los Solares.

Lo cierto es que no es la primera vez que se dan estos terremotos en el suroccidente asturiano. El regidor recuerda que en la localidad sí se han registrado varios seísmos previos, «fueron leves, pero sí se escucharon. Eran un estruendo, como cuando hace un viento terrible». Según explica el profesor del área de Geodinámica Interna del Departamento de Geología de la Universidad de Oviedo, Carlos López Fernández, «cada mes suele haber un terremoto de estas características en esta zona de Asturias. Suelen ser seísmos de magnitudes comprendidas entre los 3 y los 3,5 grados. La profundidad suele rondar los diez kilómetros».

Sin embargo, lo singular de este terremoto es que fuese percibido por algunos vecinos. «Es cierto, tal y como señalan, que el ruido de un terremoto de estas características es similar al que describen. La gente cuenta que el sonido es como si se acercase una locomotora. Lo raro es que lo hayan percibido», señala el geólogo. Normalmente, son los animales los que primero sienten estos movimientos de tierra. «Los perros, por ejemplo, tienen una sensibilidad especial. Lo notan antes que los humanos. Se ponen nerviosos», relata López Fernández.

Presión de las placas

En el Principado de Asturias predominan los seísmos ocurridos en la zona occidental, especialmente, las más cercana a la provincia de Lugo. Así, los terremotos como el del domingo en Pola de Allande también son habituales en otros concejos como, por ejemplo, Cangas del Narcea, Tineo o Vegadeo. «Desde 1980, fecha desde la que tenemos registro, se vienen produciendo uno o dos terremotos al mes en esta región de Asturias», señala el geólogo.

Desde el punto de vista geológico, la explicación a este fenómeno sísmico viene determinado por la presión de las placas tectónicas. «La placa ibérica choca con las placas norteamericana y africana», resume. No obstante, Carlos López Fernández, insiste en que no hay que generar alarma entre la población del suroccidente. «Uno de los terremotos de mayor magnitud fue el registrado en 1997. Fue de 5,3 grados. Desde entonces, no hay registro de algo similar», concluye.

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