R. M.
Viernes, 2 de junio 2017, 02:47
J. M. B. L. perdió la vida el pasado 22 de mayo, en Niserias (Peñamellara Alta), en un accidente de tráfico que terminó con su camión volcado y desparramando 27.000 litros de gasoil y 5.000 de gasolina al río Cares. «El primer aviso llegó a las 8.27 horas», recordó ayer Guillermo Martínez, consejero de Presidencia. Veintitrés minutos después ya estaba activado el plan especial diseñado para dar respuesta a incidentes en el transporte de mercancías peligrosas. Además de la movilización de medios, «a las 11.21 estaban instalados once dispositivos de absorción», agregó. Las barreras se retiraron a las seis de la tarde. Durante los días siguientes los guardas recorrieron los dieciocho kilómetros del cauce, constatando que «se apreciaron ejemplares sanos en todo el tramo», refirió.
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Por ese motivo se aconsejó no prohibir la pesca. El balance fue el de 168 truchas y tres salmones muertos retirados. «Representan el 0,1% de los alevines de trucha y salmón que se van a soltar entre junio y octubre para repoblar el río», completó.
El consejero respondía así a las críticas de la diputada de Podemos, Paula Varelo, vecina de la zona, y que aseguró que la semana siguiente se pescaron «peces que sabían a gasoil y no se podían comer». Por ello reprochó que no se arbitrara directamente un sistema de pesca sin muerte en esas jornadas. «Muchas personas padecieron vómitos y malestar, y no hubo un plan especial para ellas», abundó.
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