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Carlos Nores, Andrés Arias, Tomás Díaz, Teresa Sánchez y Víctor Manuel Vazquez, en la mesa redonda del RIDEA.
La fauna y la flora invasoras ponen en riesgo los «hábitats más sensibles»

La fauna y la flora invasoras ponen en riesgo los «hábitats más sensibles»

El botánico Tomás Díaz asegura que la planta más peligrosa es el plumero de La Pampa

MARCO MENÉNDEZ

Martes, 4 de abril 2017, 03:21

El catedrático en Botánica Tomás Díaz coordina el ciclo de mesas redondas 'Especies protegidas versus especies invasoras' y en la celebrada ayer en el Real Instituto de Estudios Asturianos participaron, entre otros, el propio Díaz y el zoólogo Carlos Nores, que hablaron sobre 'Flora y fauna terrestres invasoras', un asunto que está causando importantes problemas en Asturias.

El experto indicó que las especies invasoras «son aquellas que proceden de otros territorios con geografía y climas distintos y que llegan aquí causando destrozos claros en nuestros hábitats». Hay ecosistemas que podrían llegar a desaparecer. Además, alerta de que «una especie que no es invasora en Levante, se puede comportar como tal en Asturias. Por eso, hay que analizarlo en el propio territorio».

Díaz indica que hay un catálogo de sesenta y nueve plantas invasoras en la región, de las que catorce «causan graves problemas». Eso sí, la más peligrosa es el conocido como plumero de La Pampa, que causa problemas «no solo paisajísticos, sino en áreas protegidas, como sistemas dunares o marismas». La hierba de cuchillo y la margarita africana son otras de las especies que afectan a los hábitats asturianos, mientras que la avispa asiática y la mosca guatemalteca destacan entre la fauna invasora.

¿Hasta qué punto está en peligro Asturias tal y como la conocemos? Tomás Díaz indica que «están en riesgo determinados hábitats, como los bosques de ribera, los sistemas dunares, las marismas y las playas. Son los más amenazados por estas especies y, al mismo tiempo, son los ecosistemas más sensibles».

Carlos Nores, profesor de Zoología, planteó la necesidad de conocer en realidad cuáles son las especies autóctonas para poner en marcha políticas de protección. Puso como ejemplo el cangrejo americano frente al autóctono, que parece no ser tan autóctono: «Según nuestros estudios, pensamos que fue introducido en España en 1588, en la época de Felipe II. Encontramos una carta en el Archivo de Simancas que dice que los iban a enviar desde Livorno (Italia) al puerto de Alicante para llevarlos al palacio de El Escorial». Es más, sus investigaciones dicen que «en Asturias no existía hasta 1919. Fue un canónigo del Cabildo de Covadonga quien los soltó en los lagos y desde ahí se distribuyó», apunta Nores.

Así, el zoólogo indica que «todas las especies de cangrejos de río en España fueron introducidas, una en 1588 y la otra, en la década de 1970». Es por ello por lo que «todo esto plantea el dinero que se gasta en conservar una especie autóctona que en realidad no lo es». Carlos Nores reclama cruzar distintos tipos de información para «poder tomar las decisiones correctas».

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