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MARCO MENÉNDEZ
Martes, 21 de marzo 2017, 01:44
Cuatro motoristas fallecidos en poco más de un mes han levantado todas las alarmas en la Unión de Empresarios de Autoescuelas de Asturias y en la Jefatura Provincial de Tráfico. Por eso, sus responsables, Rubén Castro y Raquel Casado, han mantenido un encuentro para intentar poner en marcha alguna medida que ayude a rebajar la siniestralidad. En este sentido, han decidido tratar de concienciar a todas aquellas personas que pasen por las autoescuelas para realizar los cursos que les permiten circular con motocicletas de gran cilindrada. Además, se organizarán actividades conjuntas. Así lo indicó Rubén Castro, que espera que «sea una experiencia piloto que se pueda llevar a cabo a nivel nacional, ya que es un problema de todo el país».
El caso es que con el carné tipo B -el de coche- y una antigüedad de tres años se pueden conducir motocicletas de pequeña cilindrada. Con el carné A-2 y dos años de antigüedad, es factible hacer un curso de formación de nueve horas, pero que no conlleva examen. Eso faculta a circular con cualquier tipo de moto. Rubén Castro indica que «ese curso de formación no incluye nada especialmente reglado, es como si cada autoescuela se lo tuviera que inventar», por lo que reconoce que los futuros motoristas no están suficientemente preparados. Además, nadie contrasta que durante los años de antigüedad exigidos se haya conducido realmente una moto para pasar a otra de gran cilindrada. Al final, «compran una moto grande tras hacer el curso y realmente no saben llevarla», apunta Castro.
El presidente de la asociación cree que «lo más lógico y efectivo sería valorar hacer cambios en los carnés para este tipo de vehículo», pero es una cuestión que depende de la Dirección General de Tráfico (DGT). Por eso, «lo único que podemos hacer es buscar una vía para que las personas que se sacan el carné tipo A se conciencien de alguna manera de lo que van a llevar entre las manos», explica Rubén Castro, que asegura que la federación nacional de autoescuelas ya reclamó de la Administración central otro tipo de formación más controlada para estos conductores, habidos los problemas que se registran en todo el país.
Según datos de la DGT, en 2015 fallecieron 224 usuarios de moto y 27 de ciclomotor. En 2016 los números fueron algo mejores, con 214 fallecidos en moto y 21 en ciclomotor. El año pasado, de los 26 muertos registrados en las carreteras asturianas, ocho circulaban en motocicleta. En lo que va de año, ya son cuatro los motoristas que se dejaron la vida en nuestras carreteras.
Si la experiencia que se iniciará en breve en Asturias consigue buenos resultados, se intentará que se implemente en el conjunto del país, habida cuenta de que cada vez hay más conciencia social de que es necesario buscar una solución a la alta siniestralidad en motocicleta.
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