susana baquedano
Martes, 21 de febrero 2017, 03:37
Su nombre completo es José Ramón Andrés Puerta (13 de julio de 1969, Mieres), pero el cocinero asturiano más internacional se salta su segundo nombre para convertirse en el chef José Andrés. Es el mejor ejemplo de inmigrante que alcanza el sueño americano. Cruzó al otro lado del Atlántico en el año 1991 y hoy es dueño de un emporio gastronómico con una veintena de locales de costa a costa de Estados Unidos.
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Incluido en 2012 por la revista 'Time' en el listado de las 100 personas más influyentes del mundo, José Andrés inició el negocio en Washington D. C. con Jaleo, su primer restaurante, un modelo basado en el mejor producto ibérico y en el concepto de la tapa y las pequeñas raciones para compartir, toda una revolución en la tierra del individualismo y los platos 'extra large'. Hoy tiene cinco Jaleos (Las Vegas, Arlington, México, Bethesda y el mencionado en Washington), cuatro Bazaar's by José Andrés, una empresa de catering, locales de comida de tacos y 'noodles', tabernas, un local vegetariano (bautizado Beefsteak) y un restaurante de pescados y mariscos a las afueras de Washington, de nombre Fish, que inauguró en diciembre del año pasado.
Pese a llevar 26 años en Estados Unidos y disponer también de esa nacionalidad desde 2013, no olvida sus orígenes. En su casa, donde vive con su mujer Patricia y sus tres hijas, no faltan nunca el gazpacho, la tortilla o las croquetas. Y cuando regresa a España lo hace para relajarse y disfrutar. Por esa razón, en más de una ocasión ha reconocido que en su país natal no abriría un restaurante. El trabajo se queda, por ahora, en terreno americano, donde tiene planes para seguir creciendo.
José Andrés ha protagonizado multitud de programas televisivos, liderado causas benéficas y cosechado innumerables reconocimientos y premios, a los que se suma el que ahora le otorga EL COMERCIO. Pese a una trayectoria apabullante, él sigue siendo un asturiano de Mieres, un hombre sencillo y cercano que se formó en los fogones de Ferran Adriá y que entre sus amistades tiene al mismísimo Barack Obama. El pasado septiembre, el ex presidente estadounidense le concedió la Medalla Nacional de las Humanidades de Estados Unidos, considerado como uno de los mayores reconocimientos al mérito civil del país y «ejemplo número uno», para Obama, «de lo que ocurre cuando damos a los inmigrantes la oportunidad de echar raíces en este país y crear negocios y empleos».
Tanto Obama como su esposa Michelle, a la que el cocinero asturiano asesoró en materia culinaria cuando ambos ocupaban la Casa Blanca, han sido asiduos de sus restaurantes en Washington. «Es un gran amigo y un gran ciudadano», ha dicho el matrimonio Obama de José Andrés. Antes que él, figuras como Morgan Freeman, Mel Brooks o Philip Glass recibieron el mismo galardón. El del chef de Mieres fue el último otorgado por Barack Obama en su mandato. Desde la Casa Blanca destacaron su capacidad para «introducir ingredientes nuevos y vibrantes en nuestro país, bien a través de sus técnicas innovadoras en la cocina, su trabajo en tecnologías limpias, el acceso a la educación o la inspiración que representa para los nuevos americanos».
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José Andrés no pierde nunca la humildad ni la ilusión. Tiene los pies en la tierra y tampoco se calla lo que piensa. Por eso mismo ahora libra una disputa legal con Donald Trump. Antes de que el republicano ganase las elecciones, ambos acordaron colaborar para que el reputado cocinero abriese un restaurante en el nuevo hotel de lujo Trump International, en el centro de Washington. Sin embargo, el chef rompió el contrato después de que en junio de 2015, cuando el multimillonario se postulaba para la Casa Blanca, cargó contra los inmigrantes mexicanos a los que tachó de «criminales» y «violadores». José Andrés no lo podía consentir. Sus abogados argumentaron que, dado que el restaurante en el hotel iba a ser un establecimiento «hispano», se vería profundamente dañado por los polémicos comentarios despectivos del magnate contra los mexicanos y los inmigrantes indocumentados.
Trump interpuso una demanda contra José Andrés y le pidió una indemnización de 10 millones de dólares por romper el contrato y ocasionarle «pérdidas y daños por valor de millones de dólares». El cocinero español contraatacó con otra demanda para reclamarle a Trump ocho millones de dólares por «los gastos invertidos en el desarrollo del restaurante». El pasado mes de diciembre, el chef español propuso al presidente electo, en la red social Twitter, acabar con la disputa legal y donar fondos a una organización no gubernamental de apoyo a veteranos de guerra, pero no obtuvo una respuesta positiva. «Señor Donald Trump, ¿podemos cerrar nuestras demandas y donar el dinero a una ONG de veteranos para celebrarlo? ¿Por qué seguir litigando? Ganemos ambos», escribió en la red social favorita de Trump.
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Pero a José Andrés no le quita el sueño Donald Trump. Su sueño ya lo ha conseguido. El pasado 13 de octubre, volvió a escribir un tuit. Esta vez de alborozo: «Gente de América + del mundo, gentes de España! Me han telefoneado!@MichelinUSA!», seguido del símbolo de las dos estrellas Michelin. La Guía Michelin Washington otorgaba, en su primera edición, los dos macarons a un establecimiento, el MiniBar, con capacidad para apenas 6 comensales. El local se completa con otro espacio, 'La Mesa de José', donde se cocina en vivo. «Minibar es un estudio de cocina de vanguardia. Cada bocado está diseñado para emocionar, ampliando los límites de lo que esperamos y de los alimentos. Combinamos arte y ciencia con tradición y técnica», se lee en la web del local.
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