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MARCO MENÉNDEZ
Jueves, 16 de febrero 2017, 04:09
La Junta General del Principado albergó ayer una nueva sesión de la comisión que investiga la oleada de incendios ocurridos en diciembre de 2015. El primero en comparecer fue Roberto Naveiras, guarda forestal en Grandas de Salime desde hace más de 25 años, quien calificó de «fracaso absoluto» la política de prevención de incendios forestales desarrollada por el Principado. Es más, apuntó que «es un deshonor y una vergüenza, porque fallamos a la sociedad de forma estrepitosa. Hay una política errónea en prevención que no se modifica».
Lo achaca a la «total indolencia de la población» y a la disparidad en la inversión por parte de la Administración regional, ya que, según dijo, al año se destinan más de 13,3 millones de euros a la extinción y «solo 8,5 millones a la prevención, la mitad que en 2012». También habló de la reducción de efectivos, de la eliminación de la avioneta de vigilancia y de que «los agentes de Medio Natural están envejecidos y desincentivados», con unos horarios poco acordes a las necesidades reales. En su opinión, es necesaria la presencia de patrullas en los montes, ya que «la vigilancia tiene un poder disuasorio muy grande y además es barata». Pero una cosa que tiene clara es que «detrás de un incendio forestal siempre hay un objetivo o un descuido de alguien».
También participó en la sesión de ayer Iñaki Aranzeta, representante de Proyecto Roble, quien cree imprescindible «actuar sobre el combustible para dificultar la propagación del fuego». Por eso, su proyecto consiste en eliminar los matorrales, en coordinación con los ganaderos, a base de la utilización de ganado menor, fundamentalmente ovejas y cabras. Propone «aceptar dónde está el problema y solucionarlo, porque flaco favor hacemos al colectivo si intentamos taparlo».
Aranzeta afirmó que el objetivo debería pasar por «disminuir la necesidad de quemar para regenerar los pastizales» y eso se consigue también «creando valor en los montes con actividades sostenibles».
Y ahí entra el ganado menor, que «tiene un efecto de control del matorral, porque se alimenta de él y da dinero. Tenemos que pensar la forma de pastorear los montes». Pero también reclamó la participación del sector forestal, a su juicio, «compatible con la ganadería».
El eucalipto, «gasolina pura»
El último compareciente fue el veterinario de Valdepares (El Franco) Xabiel González, quien alertó de la «descoordinación que hubo cuando el incendio. El centro de control de Valdepares era un caos, nadie sabía nada». Relató que fueron los propios vecinos los que actuaron de bomberos, pues «muchos salvaron sus casas regándolas con los purines que tenían», y explicó que los puntos de abastecimiento de agua estaban prácticamente todos en malas condiciones o inaccesibles. Por otro lado, aseguró que el bosque autóctono aguantó mucho mejor el fuego y que «los árboles ya están rebrotando». Por el contrario, en su opinión, las plantaciones de eucalipto actuaron «como gasolina pura».
La próxima sesión de la comisión de investigación de los incendios tendrá lugar el miércoles día 22.
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