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MARCO MENÉNDEZ / DAVID SUÁREZ FUENTE
Sábado, 4 de febrero 2017, 01:51
Que se salven los doce tripulantes de un pesquero que se hunde a 50 millas de tierra, ante un temporal con olas de diez metros y vientos de más de cien kilómetros por hora, no se puede calificar de otra manera que de milagro. Y los artífices de ese milagro fueron los componentes de Salvamento Marítimo de Gijón y del Servicio de Guardacostas de Galicia. La tragedia se temió a las 15.39 horas, cuando saltó la radiobaliza del pesquero 'Gure Uxua', un barco de 24 metros de eslora, seis de manga y cuatro de calado, con base en el puerto coruñés de Cariño. La señal de emergencia recibida en el Centro Nacional de Coordinación de Salvamento, en Madrid, indicaba que se encontraba a 50 millas (más de 92 kilómetros) al Norte en la vertical de Navia, en unas condiciones de mar terribles. La señal no hacía más que confirmar la llamada de socorro recibida hacia las 15.20 horas por una estación radiocostera de Salvamento Marítimo.
El Centro de Coordinación de Salvamento Marítimo de Gijón, ubicado en la torre de El Musel, se hizo cargo de la situación, activándose al momento tres helicópteros y tres embarcaciones. El 'Helimer Cantábrico' despegó desde El Musel; el 'Helimer 209', desde el aeropuerto de La Coruña, y el 'Pesca 2', de su base en Celeiro (Lugo). Por mar, el remolcador de altura 'Alonso de Chávez' zarpó de Gijón, la 'Salvamar Capella', de Luarca, y la 'Guardamar Concepción Arenal', de Viveiro (Lugo). Y todos lo hicieron con el mismo rumbo, el que marcaba la radiobaliza del 'Gure Uxua'. Al mismo tiempo, se solicitó al mercante 'HR Marion' que se desviara hacia la posición de la emergencia, aunque no llegó a intervenir.
Dadas las condiciones que se presentaban, era claro que llegar al lugar del siniestro lo más rápido posible era clave para la supervivencia de los náufragos. Fueron el 'Helimer Cantábrico' y el 'Pesca 2' los primeros en llegar y sus tripulaciones tuvieron que afrontar unas condiciones durísimas para proceder al salvamento. Uno a uno, los rescatadores fueron poniendo a salvo a los marineros. Todos se encontraban en una de las dos balsas salvavidas que habían echado al agua. El primero en actuar fue el 'Pesca 2', que se hizo cargo de cinco naúfragos y a quienes llevó a su base en Celeiro. De los siete restantes se hizo cargo la tripulación del 'Helimer Cantábrico', trasladándolos a Gijón.
Algunos de los náufragos presentaban síntomas de hipotermia severa, por lo que, una vez en tierra, fueron conducidos a distintos hospitales de Gijón y Lugo. Tras la operación de rescate, el 'Helimer 209' comprobó que el 'Gure Uxua' terminó por hundirse totalmente.
El pesquero, con base en Cariño (La Coruña), era un palangrero de fondo con 24 metros de eslora y que se dedicaba principalmente a la pesca de atún. Entró en servicio el 19 de mayo de 1998. El patrón es natural de Santander, mientras que la tripulación está compuesta por marinero gallegos y portugueses.
La rapidez del rescate hizo que no fuera necesaria la intervención de las embarcaciones que habían sido enviadas a la zona, por lo que hacia las cinco y media de la tarde recibieron la orden de volver a puerto.
Tensión en Luarca
En un primer momento, se había informado de que el hundimiento había tenido lugar cerca de Luarca. Por eso, cuando la alerta saltó entre los marineros de la zona, y pese a estar seguros de que no era un barco de la cofradía, la preocupación cundió. En un primer momento, pensaron que el pesquero podría estar más cerca de la costa y muchos fueron los que subieron hasta el faro para intentar divisar el barco. Otros, por el contrario, enseguida acudieron a la tecnología para conocer, a través del radar de sus barcos, cuál era la ubicación exacta.
Durante la operación de rescate, los pescadores luarqueses vieron cómo tres embarcaciones de Salvamento Marítimo, entre las que se encontraba la 'Salvamar Capella', con base en Luarca, acudían a gran velocidad hacia la zona del siniestro. Hasta que, de pronto, la maniobra de retorno de los barcos de salvamento les hizo presagiar que los marineros habían sido rescatados, una buena noticia que vieron confirmada en EL COMERCIO.
De todos modos, fueron varios los vecinos que se apelotonaron en el muelle para ver entrar a la Salvamar en el puerto, llegando incluso una mujer a llevar caldo caliente para los rescatados: «Con este frío, tienen que estar helados», dijo creyendo que la embarcación de rescate traía a puerto a los tripulantes del pesquero hundido.
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