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Una osa con sus tres crías, captada en agosto en los montes asturianos.
El oso expande su territorio

El oso expande su territorio

El Fapas indica en su boletín resumen de 2016 que cuatro ejemplares fueron hallados muertos, dos por furtivos

MARCO MENÉNDEZ

Martes, 27 de diciembre 2016, 06:54

Acaba el año y el Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (Fapas) ha publicado el tradicional boletín en el que hace resumen de su trabajo en favor no solo de los osos pardos cantábricos, sino de muchas otras especies que habitan en el Principado. El primer dato que salta a la vista es que 2016 finaliza con cuatro osos hallados muertos, si bien se teme que existan más ejemplares que no se hayan localizado. Pero solo dos de esas muertes se deben a los cazadores furtivos: un animal abatido de un disparo, en Cangas del Narcea, y una osa adulta atrapada por un lazo, en los Ancares (León). Según explica el presidente del Fapas, Roberto Hartasánchez, «el furtivismo sigue siendo el principal factor de riesgo para el oso y el aspecto técnico en el que más hay que incidir, con vistas a acciones de repercusión inmediata de protección y conservación del oso pardo».

Pero no todo son malas noticias, ya que se ha constatado que la población osera está expandiendo su territorio. Y ocurre con la subpoblación occidental, pues, según Fapas, en la oriental está estancada en torno a la veintena de ejemplares. Es más, asegura que en el oriente asturiano hace ya dos años que no se observa la presencia de ningún oso.

En el Principado, se están consolidando los avistamientos de osos en zonas muy cercanas a la costa. Por lo general, se trata de ejemplares jóvenes que, debido al aumento poblacional en áreas de Cangas del Narcea, Somiedo y Belmonte, «llegan casi hasta el mar en la zona centro-occidental de Asturias», a través de valles trasversales que van a dar al litoral. Otro espacio en el que el oso pardo parece asentado es el Courel y los montes aledaños, en Galicia, una zona «de montaña que mantiene una calidad de hábitat buena para el oso». Y también bueno es el dato de osas reproductoras en la población occidental, pues se superan las treinta hembras que sacan anualmente crías.

El avispón asiático

Hayun dato sobre el que el Fapas llama la atención, como es la llegada a territorio asturiano del avispón asiático (Vespa velutina), que aprovecha los valles costeros para adentrarse en zonas interiores de la cordillera. Eso amenaza a la abeja y, por tanto, a las colmenas, lo que colisiona con el oso, que ya utiliza territorios que se encuentran a menos de 200 metros de altura y ve mermada su posibilidad de alimentarse. A ello, hay que añadir la práctica desaparición de las colmenas silvestres de las zonas bajas.

Pero la labor del Fapas no se restringe al oso pardo, sino que es mucho más amplia. Por ejemplo, en colaboración con la Fundación EdP, se plantaron 6.000 madroños para restaurar terrenos afectados por la oleada de incendios de hace un año. Otra actuación destacada fue el éxito que supuso la instalación de nidos artificiales en las rías del Eo y Villaviciosa, en los que se logró que águilas pescadoras los utilizaran de forma permanente durante los meses de verano, lo que es considerado «un dato muy esperanzador».

Otro objetivo que el Fapas vio culminado este año fue la instalación de un comedero de buitres en el monte de los Navaliegos, en el concejo de Santo Adriano, y que fue financiado en parte por la empresa de ingeniería Sacyr-Fluor. Para llevar a cabo este proyecto cuenta con la colaboración de la Fundación Alimerka, que semanalmente entrega un centenar de kilos de restos de matadero de gran calidad alimenticia para estas aves, con lo que se garantiza «un aporte constante para suplementar la dieta de los pollos de buitre leonado y alimoche nacidos cada año en el área centro y occidental de Asturias».

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