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luis enrique gonzález iglesias
Martes, 23 de agosto 2016, 18:00
Abrumados por la expectación generada a su llegada al aeropuerto, Saúl Craviotto y María López han recibido la última recompensa por sus participaciones en los Juegos Olímpicos de Río. Visiblemente emocionado, el palista, que se colgó la medalla de oro y la de bronce en Brasil, se ha mostrado muy contento en su regreso a Asturias, a la que ha calificado como su segunda casa.
Craviotto ha definido su exitoso papel en Río como un sueño y ha confesado que había preparado mucho el K-2, pero el bronce en K-1 fue una sorpresa. Con la satisfacción del deber cumplido, el palista nacido en Lleida y afincado en Gijón ha indicado que ahora toca descansar y no tocar la piragua para después plantearse su presencia en los próximos Juegos de Tokyo. Una cita para la que alberga muchas esperanzas la gijonesa María López, que cayó en Brasil en cuartos de final y, a pesar de partir con la intención de alcanzar las semifinales, ha desvelado su satisfacción por mejorar en el ránking y su ilusión de cara a la cita en Japón, ya que son un grupo muy joven.
En el aeropuerto asturiano aguardaban los familiares de ambos deportistas y los jóvenes del Grupo Covadonga, el club en el que se forjó la jugadora gijonesa, que le han brindado un cálido recibimiento. Estoy muy contento, más que por la medalla, por el recibimiento, ha explicado Craviotto.
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