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Docentes y empresarios apoyan que La Granda sea Universidad de Verano

Instan al rector a «pensar bien el formato» porque ven demanda y puede dar cabida a jóvenes talentos. Las desventajas, la lejanía y la falta de autobús público

ELENA RODRÍGUEZ

Jueves, 28 de julio 2016, 02:20

El rector de la Universidad de Oviedo, Santiago García Granda, se mostró abierto, el lunes, a que la residencia de La Granda, en Gozón y propiedad de ArcelorMittal, acoja una Universidad de Verano. Considera que, además de aprovechar las infraestructuras que la institución académica tiene «durmientes» en las diferentes comarcas (caso del edificio Las Colonias de Salinas), debe colaborar con los entes locales para llevar sus enseñanzas fuera del aula allí donde la población tenga más fácil acceso. Al fin y al cabo, ése es el espíritu de la Extensión Universitaria que nació en la universidad asturiana.

Abrió, así, el debate de una idea aún embrionaria, pero que, a falta de mayor desarrollo, ha sido bien acogida por docentes de la institución académica y la Federación Asturiana de Empresarios (Fade). «Lo que queremos es buscar fórmulas para que la oferta de extensión universitaria sea lo más coherente posible en un momento en que los cursos de verano están en caída libre en todas las universidades debido a que ya no se conceden los créditos que se otorgaban antes», explica el vicerrector del ramo, Francisco José Borge, quien recuerda que, en los años noventa, había más de 200 cursos estivales en la institución asturiana, con más de 3.000 alumnos, y ahora se limitan a dieciocho, con 300. Para Borge, elaborar una oferta conjunta entre La Granda y la Universidad «es una buena idea, pues evitaríamos duplicidades y aprovecharíamos sinergias, con aportaciones mutuas». Y, precisamente, porque en los 38 años de historia de los cursos de La Granda «ha pasado lo mejor del pensamiento económico, social, cultural y político», el presidente de Fade, Pedro Luis Fernández, cree que «la universidad hace bien en aprovechar esta marca de prestigio».

En el ámbito universitario, los docentes ven con buenos ojos la idea, pero matizan, al mismo tiempo, que hay que «pensar bien el modelo». De esta opinión es el decano de Humanidades, José Antonio Gómez, quien dirigió, a mediados de los noventa, dos cursos de Musicología en La Granda, justo cuando la institución académica empezó a aportar financiación.

Aquella experiencia le sirvió para conocer de cerca el «ambiente familiar entre ponentes y un pequeño grupo de alumnos en un entorno excepcional». «Ahora se trata de ver qué Universidad de Verano queremos: si se quiere ese formato de un seminario por semana con expertos y un grupo escogido de alumnos, u otro que atraiga a más estudiantes y desarrolle actividades paralelas como hacen otras: deportes, espectáculos, conciertos... Si es así, el espacio de La Granda se queda corto». Y ve otros inconvenientes: «La lejanía y la falta de transporte público». Por eso, plantea la opción de pensar también en «la Universidad Laboral», en Gijón.

El presidente de la Asociación Profesional de Gestores Culturales del Principado, Carlos Caicoya, cree que «el formato de las universidades de verano está ya muy visto» y aboga por «orientarlo hacia un modelo del siglo XXI». En un año en el que La Granda va a abordar la crisis de los refugiados, el problema demográfico de Asturias o el sector lácteo, Caicoya precisa que aunque son temas de plena actualidad, echa en falta «un memorando en el que se fijen posiciones, y Asturias sea un lugar hacia el que mirar». Es partidario de seguir el ejemplo de otras plataformas o foros de debate que, «como decía el sociólogo Manuel Castells, conecten las mentes, creen significado y cuestionen el poder». Y para ello, «para desgranar qué sociedad vamos a construir en el siglo XXI», ve imprescindible «contar con el talento joven, porque es muy bueno».

También el presidente de la Academia de Medicina y catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo, Julio Bobes, considera que «es un buen momento para reformular los cursos de verano ahora que tenemos un nuevo rector». Director del curso que durante 25 años se ha venido desarrollando en Gijón sobre salud mental, opina que las líneas tradicionales de los cursos de La Granda -salud, economía y temática social- «siguen teniendo vigencia y demanda». «Yo veo nichos para nuevos proyectos docentes, para educar y ofrecer formación permanente», subraya. El problema, dice, es la financiación.

Un distrito universitario

Paz Andrés, catedrática de Derecho Internacional Público y que también ha impartido cursos en la residencia gozoniega, indica que, a falta de una mayor concreción, la idea de la Universidad de Verano en La Granda «es buena» y ve razonable que «se aúne la larga tradición de los cursos de verano» de la institución académica asturiana con «el reconocimiento a la obra y el legado de Teodoro López-Cuesta (rector entre 1975 y 1983 y fundador de la Escuela de Estudios Hispánicos, promotora de los cursos hasta 2012), esencia y alma de La Granda». Fermín Rodríguez -catedrático de Geografía, director español de la Universidad del Mar y director de área del Centro de Servicios Universitarios de Avilés y Comarca- insiste en que, detrás de la idea está la «intención de dinamizar Avilés, de crear un distrito universitario complementario, ajustado a los tiempos que corren, con la infraestructura que hay».

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