Manuel Morán, en primer término, rodeado de toda su familia, su mujer Ángeles y su hijo Pedro Morán, con su esposa Ángeles y sus hijos Marcos y Marta, en el restaurante Casa Gerardo de Prendes en una imagen de 2013.

Muere Manuel Morán, patriarca de Casa Gerardo

Gran seguidor del Sporting, compaginó durante años su trabajo en Ensidesa con la ayuda que prestaba en el restaurante de Prendes

LUCÍA RAMOS

Miércoles, 27 de julio 2016, 02:39

La gran familia de Casa Gerardo se ha quedado huérfana. Ayer fallecía en Gijón, a los 91 años, José Manuel Morán Martínez, el patriarca del laureado y veterano restaurante de Prendes. Natural del mismo pueblo en el que se ubica la antigua casa de postas que hoy alberga un local con estrella Michelín, contrajo matrimonio con Ángeles, a quien conocía desde que ambos eran niños. Ella pronto empezó a ayudar a su padre, Gerardo Quirós, encargado de reconvertir la venta en el restaurante que hoy lleva su nombre, lo que hizo que la historia de Manuel y la del establecimiento se uniesen para siempre.

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Empezó a trabajar de joven en los antiguos Almacenes Generales de Gijón, aunque pronto terminaría recalando en los laboratorios de Ensidesa, en Aboño. Un trabajo que en numerosas ocasiones compaginó con la ayuda que prestaba de vez en cuando en el negocio familiar. Hoy son su hijo y su nieto, Pedro y Marcos, quienes dan continuidad a la saga de hosteleros y regentan un local en el que se va a notar, y mucho, su ausencia.

Aportaba serenidad

La actividad en un restaurante de alta cocina puede llegar a ser frenética, incluso agobiante, en algunos servicios. Manuel era quien aportaba ese punto de serenidad, de tranquilidad, quien ayudaba a todos a tomarse las cosas con una sonrisa. «Generaba buenas vibraciones. Era muy buena persona, generoso y sencillo. Es lo que se suele decir, pero es que es la verdad. Manuel era una persona que jamás dio un problema», recordaban ayer, con cariño, sus familiares.

Una versión que confirman los empleados del local, con quienes el patriarca siempre fue «cercano y cariñoso». Gran seguidor del Sporting y del Barça, era una persona muy aficionada al fútbol y solía aprovechar sus visitas diarias a la cocina para saludar al personal y, de paso, «lanzar alguna pullita» a su hijo y nieto, forofos del Real Madrid. Quienes le conocieron recuerdan su faceta «pícara» y carente de toda mala intención, pues no le gustaba generar conflictos y era «prácticamente imposible» verle enfadado.

Manuel Morán fue también una persona muy ligada a la parroquia de Prendes, con la que siempre colaboró en todo lo que pudo, y gran aficionado a la tauromaquia.

Para Ángeles fue mucho más que un compañero de vida. Fue su apoyo en los momentos más duros y, pese a su edad, seguía siendo el pilar que mantenía unida a toda la familia. La celebración de la Palabra tendrá lugar esta tarde, a las 18.30 horas, en la capilla del Tanatorio de Cabueñes, en Gijón.

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