ELENA RODRÍGUEZ
Sábado, 30 de enero 2016, 02:45
La Universidad de Oviedo celebró ayer la festividad de Santo Tomás de Aquino, una de las principales citas de la institución académica junto con la apertura del curso y la fiesta de Santa Catalina, y en su transcurso se entregaron los premios fin de grado, fin de carrera, extraordinarios de licenciatura, especiales de Derecho, trabajos fin de máster y extraordinarios de doctorado. Para Vicente Gotor, el de ayer fue su último acto institucional como rector y, aunque hizo un pequeño balance de sus dos mandatos al frente de la Universidad («no han sido años de bonanza, pero me voy con la conciencia tranquila, un trabajo honrado y leal con el Principado, y convencido de que los sacrificios se verán recompensados»), el también catedrático de Química Orgánica quiso centrar su intervención en los 65 galardonados.
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Y lo hizo contando una experiencia personal. «Al terminar el doctorado, hace ya más de 40 años, tenía claro que quería seguir formándome en el extranjero», algo muy poco frecuente en aquella época. «Elegí el Instituto Max Planck en Alemania, que se autofinanciaba con las patentes que explotaba, y mi jefe me decía que lo que gastaba en España en investigación en un año, allí podía hacerlo en un día. Mi formación -prosiguió- era infinitamente inferior a la vuestra. Estuve en Alemania dos años: uno, poniéndome al día, y el segundo, recogiendo los frutos del trabajo duro del primer año. Pero no os va a suceder lo mismo, porque podéis incorporaros a cualquier centro de investigación del mundo. Estad seguros de la excelente formación recibida».
Convencido de que «son los postgrados los que realmente marcan la diferencia entre universidades», volvió a echar la vista atrás a Alemania: «Allí, la industria valoraba realmente el doctorado. De hecho, más de un 80% de los estudiantes realizaban el doctorado para optar a un puesto en la industria. Sin embargo -lamentó-, no ocurre lo mismo en España, donde la empresa debería reconocer que contratar doctores es un valor añadido y deberíamos impulsar los programas de Doctorados Industriales».
Como ya había denunciado en Santa Catalina, volvió a criticar los recortes en Investigación, Desarrollo e Innovación: «No se entiende un país que no tenga como prioridad la educación y la I+D+i». Aun así, aludió al aprovechamiento de los pocos recursos disponibles para incentivar la carrera investigadora. «Gracias al Campus de Excelencia Internacional, hemos conseguido captar y retener talento con la incorporación de más de medio centenar de investigadores postdoctorales y las estancias temporales de más de 70 doctorandos en las universidades situadas en las mejores posiciones». En este marco, no quiso olvidar el programa de colaboración con la Universidad del Ruhr de Bochum, que permitirá obtener el grado de doctor por ambas universidades e impulsar tesis conjuntas.
Previo al solemne acto académico -en el que Nuria Planas, profesora agregada del Departamento de Didáctica de la Matemática y Ciencias Experimentales de la Autónoma de Barcelona, animó a los galardonados a plantearse cuatro preguntas: ¿Para qué y para quién es el conocimiento que creamos? y ¿cómo y con quién creamos este conocimiento?-, el rector se refirió a la prórroga presupuestaria regional. «Claro que nos afecta. Tendremos que hacer una retención de crédito de más de dos millones de euros y espero que eso se solucione con créditos extraordinarios». En cuanto al contrato-programa (financiación por objetivos), éste está en negociaciones, aunque espera que pueda cerrarse antes de su marcha en abril.
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