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Everando Pérez contempla uno de los montes quemados en la zona de San Juan de Prendonés, en el concejo de El Franco.
Una semana bajo el fuego

Una semana bajo el fuego

La Administración aún no ha cuantificado la superficie calcinada, ya que centra sus esfuerzos en controlar los frentes que continúan quemando

MARCO MENÉNDEZ

Domingo, 27 de diciembre 2015, 00:17

Las cicatrices dejadas por el paso de las llamas son visibles en más de la mitad de los concejos de la región. Tras una semana de lucha contra el fuego en 42 municipios asturianos, el personal del Servicio de Emergencias del Principado y de Bomberos de Asturias sigue afanándose sin descanso en sofocar unos incendios que, según los primeros indicios, tienen origen humano prácticamente en su mayoría.

El sábado pasado Asturias comenzó a arder por el efecto de hasta 140 focos diferentes. Nuevos incendios fueron salpicando la geografía del Principado durante toda la semana y hubo que lamentar la muerte de una persona, José Antonio Rodríguez, de 49 años, piloto de uno de los helicópteros de Bomberos de Asturias, cuando trabajaba en la extinción del fuego en La Roza, en los montes de Parres. A la pérdida de esa vida hay que añadir cuantiosos daños materiales, como cinco viviendas perdidas en la zona occidental -la más castigada- y numerosas cuadras y cabañas a lo largo de toda la región.

En muchos casos, las llamas llegaron hasta la entrada misma de los pueblos, donde los vecinos apoyaron a los bomberos en los trabajos para sofocar el fuego. La situación alcanzó tal magnitud que tuvieron que intervenir aviones anfibios del 43 Grupo de Fuerzas Aéreas, los conocidos como 'apagafuegos', que dependen del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, así como un centenar de efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME).

Ha pasado ya una semana y todavía no hay un cálculo de la superficie calcinada en Asturias. La Administración regional tiene previsto cuantificarla una vez que se esté seguro de que todos los fuegos están extinguidos o, al menos, controlados. Porque a última hora de ayer aún se mantenían activos 16 (8 de ellos controlados) en Olla de San Vicente y La Riera (Cangas de Onís), Loza (Coaña), Arancedo y La Caridad (El Franco), Torga (Ibias), Nueva (Llanes), Urbiés (Mieres), Noreña, Benia (Onís), Pico Macicón (Ponga), Soto de Ribera (Ribera de Arriba), Brañasivil (Salas), La Roza (Parres), La Barrosa (Tapia) y Porrimán (Morcín).

Aún es pronto para conocer las causas de la aparición de tantos fuegos al mismo tiempo. De ello se encargan los expertos en incendios forestales enviados a la región por la Dirección General de la Guardia Civil en apoyo a la comandancia de Oviedo, si bien la Fiscalía de Medio Ambiente cree que hay «muchos elementos» para sospechar que gran número de los fuegos fueron provocados conscientemente o por negligencia.

Pero la dañina acción del hombre tuvo en esta ocasión un peligroso aliado, como fue el fuerte viento del sur que durante varios días azotó la región, así como la práctica ausencia de lluvias. Esos elementos, unidos a las altas temperaturas del suelo y a la baja humedad del aire, formaron un cóctel explosivo para que las llamas se propagaran con facilidad. Y la situación sigue siendo muy peligrosa, ya que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) prevé para esta tarde un importante aumento de la intensidad del viento de componente sur en la cordillera, con rachas muy fuertes en las cumbres. Será aún peor mañana, cuando el viento puede alcanzar los 110 kilómetros por hora en la cordillera y en los Picos de Europa.

Habrá que esperar a que ver si la previsión para el lunes de lluvias intensas y chubascos en el sur de la región y de lluvias débiles en el litoral ayudan a paliar la situación y a que se puedan dar por extinguidos todos los incendios.

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