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Ramón Muñiz
Martes, 22 de diciembre 2015, 02:17
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) advierte de la existencia hoy de un «riesgo extremo de incendio» en el Occidente y el área central de la región. El nivel de peligro en el interior y la cordillera es entre alto y moderado. La portavoz estatal de la agencia, Ana Casals, explicó que este fin de semana en la cordillera hubo «muy baja» humedad, gran masa forestal y viento de sur recalentado, por lo que las temperaturas eran superiores a las normales.La situación es similar a la que se experimentará hoy.
El pronóstico aconsejó ayer al Principado a mantener al menos hasta el 25 de diciembre el riesgo del plan Infopa en nivel 2, el máximo que puede declarar dentro de sus competencias. Es el que activó el sábado a las 21 horas y que permite contar con el auxilio de la administración estatal. «Si las condiciones son mejores y los incendios que quedan se acaban de controlar, bajaríamos el nivel o lo haríamos desaparecer», indicó Rafael Abril, director general de Justicia e Interior. El responsable del Principado avisó a la población que «el peligro sigue presente, la vegetación continuará seca, habrá rachas de viento que pueden facilitar la propagación del incendio». Dada la situación, Abril instó directamente a «los ganaderos y otro personal a que se abstenga de hacer quemas, pues aunque aparentemente parezcan controladas, un cambio de viento puede hacer que cambien rápidamente y activar los planes de emergencia».
Indignación
Se apagan los incendios, pero sigue en pie el asombro y la indignación por la oleada de incendios que prendió en 37 concejos de la región durante el fin de semana. De los 147 focos que ardían a la vez a las 2.12 horas del domingo, ayer sólo restaban seis, cuatro de ellos bajo control. Sofocada la epidemia, los agentes han comenzado a tomar declaración a los vecinos y fotografían las zonas calcinadas.
La comandancia de la Guardia Civil en Oviedo tiene asumida la investigación, con intención de someterla a control judicial de inmediato. Para agilizar las pesquisas, la Dirección General del Instituto Armado ha enviado al Principado a varios especialistas de Incendios Forestales con base en Madrid. Existe la sospecha de que una parte de los fuegos que tiñeron de llamas la noche del sábado en Asturias, Cantabria y el País Vasco fueron provocados conscientemente o por negligencia. Al menos esa es la tesis con la que trabaja Antonio Vercher, el fiscal coordinador de la Sala de Medio Ambiente y Urbanismo en la Fiscalía General del Estado. En declaraciones a Europa Press, el togado reconoció la existencia de «muchos elementos que permiten pensar que puedan ser intencionados las múltiples incendios forestales que se han producido este fin de semana en el norte de la península».
El fiscal de Medio Ambiente expresó que «no es habitual para la época del año» tal variedad de fuegos y se dijo «abierto a cualquier circunstancia y causas» para conocer el origen de los fuegos. Lo cierto es que, según el observatorio estadístico Sadei, no es del todo extraño que el año termine con incendios forestales en el Principado cuando el otoño ha sido cálido. En 2013, por ejemplo, se contaron 138 focos a lo largo de diciembre, y un año antes fueron 158.
Delitos y condenas
Las fuentes consultadas en Fiscalía y Guardia Civil admiten la dificultad de reunir indicios suficientes para acusar a alguna persona de haber causado la tragedia. «Cuando tienes testigos o has pillado a alguien con las manos en la masa, es fácil conseguir la condena del pirómano, pero las investigaciones que se inician con el incendio ya apagado son laboriosas y suelen concluir con indicios que no siempre son definitivos para culpar a alguien», admiten.
En todo caso es un trabajo que está dando frutos. En lo que va de año la Fiscalía Superior de Asturias ha formulado 18 acusaciones por delito de incendio forestal. Cabe recordar que la reforma del Código Penal que entró en vigor en este curso administra condenas de prisión de entre tres y seis años para quienes provoquen incendios «de especial gravedad» como los lamentados este fin de semana.
La búsqueda de los posibles culpables comenzó ayer mientras los efectivos destinados a la extinción reorganizaban su despliegue. Por la mañana regresaron a su base en La Virgen del Camino (León) los 98 efectivos del Quinto Batallón de la Unidad Militar de Emergencias (UME). Los soldados acudieron con ocho autobombas el sábado por la noche, manteniendo a raya los fuegos en Cangas del Narcea. Posteriormente los militares atacaron los focos que amenazaban a Lagar, Boimuro y La Caridad. En Viavélez, Arancedo y La Veguiña la UME actuó evitando que se reprodujeran los conatos.
El Batallón se retiró y su testigo lo tomaron dos aviones anfibios, con 5.500 litros de capacidad de descarga, procedentes de la base de Torrejón de Ardoz. Las aeronaves del Ministerio de Medio Ambiente se concentraron en extinguir el incendio de Brañalibrel (Boal) y La Barrosa (El Franco). Desde tierra, el trabajo lo desarrollaron 68 bomberos del Servicio de Emergencias del Principado (Sepa), 20 brigadistas de las empresas forestales, y 30 agentes de la guardia de Medio Rural.
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