Secciones
Servicios
Destacamos
COLPISA
Lunes, 21 de diciembre 2015, 17:09
Después de un fin de semana de intensos trabajos para controlar los incendios, la Agencia Estatal de Meteorología advirtió que este martes será una jornada de riesgo extremo. Esto es debido a que, tras un domingo lluvioso, no habrá precipitaciones en el norte peninsular. A la sequedad de los montes se sumará de nuevo el viento de componente sur que hará subir las temperaturas. Además, en algunas zonas podría superar los 14 kilómetros por hora, lo que ayudaría a la propagación del fuego.
A últimas horas de la tarde del lunes los trabajos de extinción en Asturias, donde el fin de semana se llegaron a contabilizar un centenar de fuegos, estaban centrados en seis focos en los concejos de Coaña, Villaviciosa, Villayón y Teverga, todos ellos controlados, así como en Proaza y El Franco. Después de dos días de movilización, la Unidad Militar de Emergencias concluyó su actuación en el Principado, donde el buen tiempo permitió trabajar en el occidente de la comunidad autónoma a los dos hidroaviones del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. El dispositivo aéreo se completó con los dos helicópteros del Servicio de Emergencias del Principado (SEPA). Desde tierra actuaron 118 efectivos entre bomberos, personal de empresas forestales y agentes del Medio Natural.
En Cantabria se dieron por controlados o extinguidos el medio centenar de fuegos declarados a lo largo del fin de semana, lo mismo que en Galicia, Navarra y País Vasco.
Fuentes de la organización ecologista WWF consideran que el uso «incontrolado y clandestino» del fuego en los montes «es un delito que sigue muy extendido en el norte». Para acabar con esta práctica, la organización propone «cambiar el enfoque de la lucha contra el fuego y diseñar planes de prevención social, trabajando con las personas para promover alternativas al uso del fuego y para que se respete la normativa sobre quemas y los periodos de alto riesgo».
«Muchos elementos» indican que los incendios fueron provocados
El Fiscal de Medio Ambiente y Urbanismo, Antonio Vercher, admitió este lunes que hay «muchos elementos que permiten pensar que puedan ser intencionados las múltiples incendios forestales que se han producido este fin de semana en el norte de la Península». Vercher ha recalcado que esta situación «no es habitual para la época del año» y ha asegurado que está «abierto a cualquier circunstancia y causas» para conocer el origen de los fuegos.
Millones de euros en daños
Las llamas arrasaron viviendas, cuadras y cabañas enteras en el Occidente, amenazaron poblaciones de la cordillera, y se ensañaron con los montes del Oriente, sin causar heridos. Los daños se temen por millones y el Ayuntamiento de El Franco tiene convocado mañana un pleno para solicitar al Gobierno de España la declaración de zona catastrófica.
Desde el aire, los helicópteros de Bomberos de Asturias retrataron una región humeante, con focos que alcanzaron hasta las playas de Estaño (Gijón) o Pormenande (El Franco), pero con una 'zona cero' marcada en El Franco, víctima de un incendio principal que avanzó con una lengua de llamas de 25 kilómetros de longitud desde Boal, según Bomberos de Asturias. «El fuego nos destrozó Viavélez», señalaba abatida Cecilia Pérez, la regidora franquina. El enclave costero vivió momentos de angustia, al encontrarse durante horas rodeado por llamas que se aproximaban a las viviendas, lo que provocó que varios vecinos se plantearan la huida recurriendo a las lanchas.
La intervención de los bomberos y una pronta evacuación evitó que la angustia deviniera en tragedia. En un primer momento, una treintena de vecinos desalojados en Viavélez y La Cabana -entre otros sitios- fueron cobijados en el polideportivo de Llóngara, si bien a media noche la mayoría había logrado acomodo en casas de familiares u hoteles.
Las hectáreas calcinadas en este enclave se estiman en las 3.500, una catástrofe que, de confirmarse, excedería las 2.012 perdidas en el incendio de El Valledor en octubre de 2011. También sería peor que el que abrasó Villayón en marzo de 1998, cobrándose 2.207 hectáreas, en el que se considera el peor incendio de las últimas décadas.
La crisis obligó al Principado a tirar de todos sus medios y solicitar auxilio al Ejército y el Ministerio de Medio Ambiente, a las 21 horas del sábado. Entre bomberos y cuadrillas forestales la administración autonómica reunió a 230 profesionales, que durante la madrugada lograron el refuerzo de 98 efectivos del Cuarto Batallón de la Unidad Militar de Emergencias (UME). Los soldados se centraron primero en controlar las llamas en Cangas del Narcea y después se movilizaron para actuar en El Franco. Sumados, civiles y uniformados formaron un contingente de 328 personas, lo que en el momento crítico apenas ofrecía 2,2 efectivos por cada foco declarado con vientos de hasta 102 kilómetros por hora en Taramundi, que impidieron el uso de helicópteros y avionetas.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.