Secciones
Servicios
Destacamos
SHEILA VACA
Lunes, 28 de septiembre 2015, 00:32
La cueva llanisca de El Covarón es valiosa en muchos sentidos. Las primeras referencias de presencia humana prehistórica en dicha cavidad aparecen en 1950 y no fue hasta comienzos del año 1983 cuando se detectó la existencia de pinturas paleolíticas, símbolos y figuras zoomórficas, además de grabados profundos a la entrada. Pero a día de hoy, la cueva sigue ofreciendo tesoros.
La revisión del arte realizada por un equipo de investigadores hace días permitió conocer la existencia de más pinturas y grabados que tendrán que ser analizados los próximos meses con técnicas de software de lo más avanzadas. Pero El Covarón cuenta además con un yacimiento arqueológico «particularmente rico» en la galería donde se encuentran las pinturas. «Parece por lo que declaran los arqueólogos que se han encontrado niveles paleolíticos bastante ricos, algo que no me sorprende. Esta cueva, como muchas otras de Llanes, eran cuevas campamento que se ocupaban de forma intermitente, a veces con abandonos durante siglos. Pasaron milenios entre el inicio y el final de la ocupación», explica Pablo Arias Cabal, experto de la Universidad de Cantabria que, junto a Carlos Pérez, publicó el análisis más reciente del arte de la cavidad, en 1993.
Aún no se ha podido precisar la cronología del yacimiento, pero las características de los materiales encontrados -industrias líticas, huesos de mamíferos, una punta aziliense en sílex o lascas de cuarcita- y de la fauna sugieren la existencia «de ocupaciones del paleolítico superior reciente o del aziliense». La importancia a nivel científico, es «evidente».
La galería fue visitada con mucha frecuencia, particularmente en los años que siguieron al muy divulgado descubrimiento de Tito Bustillo (1968), en los que la actividad «espeleológica no controlada fue particularmente intensa». Eso llevaría a poner en duda la autenticidad de las pinturas de El Covarón, pero hay signos concluyentes que la sostienen, como las técnicas empleadas, el estilo, que se da en otras cavidades, la intensa difuminación en los símbolos rojos y la calcificación de muchos otros elementos.
Con un recurso así, cabe preguntarse si podría aprovecharse a nivel turístico. «Es de las pocas cuevas del concejo llanisco que tienen representaciones figurativas, pero la mayoría de ellas se ven mal. Además, el acceso es complicado y está dentro de una propiedad privada. Es una cueva muy bonita y le tengo mucho cariño, pero no veo factible hacerla visitable», subraya Pablo Arias.
Bien de Interés Cultural
La Consejería de Cultura hizo pública en 2009 la protección del entorno de la cueva de El Covarón, en el término municipal de Llanes, tras la publicación del decreto en el Boletín Oficial del Principado de Asturias. La gruta está emplazada entre las localidades llaniscas de Parres y La Pereda y fue declarada Bien de Interés Cultural en 1985. La cueva se localiza en el fondo de una gran dolina y contiene dos conjuntos de manifestaciones parietales.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.