La Guardia Real al descubierto

La Guardia Real se muestra en Asturias al descubierto, a pesar de las inclemencias meteorológicas y algunas expresiones de malestar por su presencia. Su objetivo, además de adquirir un adiestramiento práctico, es desde el principio dar a conocer sus actividades, acercarse a los ciudadanos y mezclarse con ellos, fuera de los cuarteles, y ni la lluvia ni el viento pudieron impedirlo.

El titular de la nota de prensa que emitió ayer el propio grupo armado resume la primera jornada de instrucción en Asturias: «La Guardia Real se moja, pero no se arruga».

Sólo dos de las actividades programadas para la jornada de ayer fueron suspendidas y fue porque la ascensión al Naranjo de Bulnes, por ejemplo, provocaba un riesgo tan absurdo como innecesario.

Por lo demás, tanto las marchas a caballo como las que se desarrollaron a pie y en motocicleta, comenzaron y finalizaron sin incidentes, pero otras actividades tuvieron problemas, como las inspecciones de buceo, porque «el intenso mar de fondo en el área del cabo de Peñas ha dificultado, notablemente, la actividad del Grupo de Buceo en su reconocimiento del cantil y de la zona exterior del puerto del Candás, ejercicio que, sin embargo, se ha desarrollado según lo previsto», informaron las fuentes militares.

Por lo que a la participación del público se refiere, el acto central de ayer se produjo en Ribadesella, donde hubo una exhibición de adiestramiento de perros y de técnicas de defensa de los guardias reales que fue seguida por numeroso público.

Gijón fue también escenario de una actividad, en ese caso de información y captación, con una unidad móvil instalada en el Náutico para que posibles interesados en incorporarse a la Guardia Real sepan qué es exactamente lo que ofrece y lo que exige. Los militares quedaron satisfechos con las visitas recibidas, más de las esperadas en un día poco propicio para el paseo.