E.C.
Jueves, 5 de marzo 2015, 21:41
El caso de Sara y Amets, las dos niñas asesinadas por su padre en San Juan de la Arena en noviembre, ha llegado a la Organización de Naciones Unidas. Lo ha hecho de la mano de la asociación 'Womens Link' como ejemplo de la desprotección que sufren los menores ante la violencia machista y ante el interés de los agresores por hacer daño a sus madres.
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Esta organización logró que el Gobierno de España fuera condenado por su ineficacia y falta de diligencia para evitar la violación de los derechos humanos de Ángela González, víctima de violencia de género, y su hija Andrea, asesinada por su padre antes de suicidarse. El Comité para la Eliminación de la Discriminación de la Mujer (CEDAW) fue el encargado de evaluar el caso de esta madre, que acudió a las autoridades en más de treinta ocasiones a causa de los malos tratos que sufrían ella y la pequeña, solicitando medidas de protección para ambas. En todos los casos, estas últimas peticiones fueron negadas.
Ángela González que sigue luchando para que una situación como la suya no se vuelva a repetir ve muchas similitudes entre su caso y el de las dos hermanas asturianas. Las dos pequeñas fueron asesinadas por su padre, José Ignacio Bilbao, que después se suicidó lanzándose desde el viaducto de la Concha de Artedo. Fue precisamente el hallazgo de su cadáver el que llevó a la Guardia Civil a la casa del fallecido. Allí fueron encontrados los cuerpos sin vida de las dos pequeñas.
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