"Es una nevada de las de antes"

Hoy sí, los vecinos del Suroccidente creen que la nieve ha llegado para quedarse al menos unos días. La nieve ha cuajado incluso en cotas bajas, como la villa de Cangas del Narcea o Pola de Allande. Mientras, los vecinos de las zonas altas apuntan que hace tiempo que no nevaba así y creen que la nevada de esta noche parece «de las de antes».

Gloria Santiago es vecina del núcleo cangués de Bornazal, situado a una altitud de 930 metros, a escasos kilómetros del Alto del Acebo. «Hace tiempo que no veíamos una nevada igual», cuenta. Afortunadamente, explica, las cosas han cambiado y todos los días suben las quitanieves. Eso sí, hasta la entrada del pueblo. Para poder salir de casa, circular por el pueblo o visitar a un vecino hay que quitarla a mano. En su caso, dice, ya están acostumbrados, «así que lo llevamos con mucha paciencia y la mayor preocupación es si alguien en casa se pone enfermo».

Más fácil es la situación para la familia de Alicia Cosmen, en El Otero, otro pueblo cangués, a unos 13 kilómetros del puerto de Leitariegos. La casa familiar está a la orilla de la carretera AS-213, que comunica Cangas con el puerto y las máquinas quitanieves «están limpiando la carretera continuamente». Lo peor dice es que la nieve «viene acompañada de ventisca y se mete por las ventanas y por todos lados». Coincide en que la de hoy ha sido una nevada importante y se sorprende de que incluso haya carámbanos, «que hace años que no los veíamos». Los pueblos de alrededor, a los que se accede por carreteras secundarias lo tienen más complicado y la gente solo puede salir caminando o en tractor.

Nada que ver, sin embargo, con lo que se vivía antes, cuando no había máquinas quitanieves. Alicia recuerda haber oído contar en su casa como en el pueblo de Leitariegos la nieve cubría las casas durante días, aislando por completo a unos vecinos de otros. Una vez, explica, «los vecinos decidieron hacer un túnel para llegar a la casa de dos mujeres que vivían solas y de las que hacía días que no sabían nada. Cuando lograron acceder y hablar con ellas, creo que a través del tejado, les dijeron que estaban bien y que se iban a dormir. Pero era por la mañana, habían perdido por completo la noción del tiempo enterradas bajo la nieve».

Estar en casa con la calefacción puesta y al lado de la cocina de leña es lo que toca un día como hoy, explica Manuel Monteserín, vecino de Xestoselo, en Grandas de Salime. Hoy «amaneció nevado, sigue nevando y tiene pinta de que va a seguir unos días». De momento la situación no es complicada, no hay necesidad de salir ni de hacer la compra por ahora, «pero si sigue nevando puede que mañana no puede llegar ni el panadero».