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E. RODRÍGUEZ
Lunes, 22 de diciembre 2014, 00:24
Sólo el 6% de los padres asturianos participa en los consejos escolares, de los que también forman parte directores, jefes de estudios, profesores, alumnos y personal administrativo. Esta es una de las conclusiones de un macroestudio de ámbito nacional que ha realizado el Consejo Escolar del Estado y que ha consistido en analizar los últimos datos de las elecciones para elegir a los representantes de estos órganos (la mayoría corresponden al curso 2011-2012) y en el envío de cientos de encuestas tanto a familias como a docentes tutores. La investigación ha estado dirigida por profesores de las universidades de Navarra, Murcia y la Complutense de Madrid y revela, en general, la baja implicación de los padres con los consejos escolares. La media nacional es de un 12,2%. De los 5.895.266 votantes de las familias con posibilidad de participar, ejercieron su derecho a voto 717.831.
En la comparativa de dieciséis comunidades autónomas (no hay datos de Cataluña), hay cinco regiones por encima del promedio: Castilla y León, con el 15,8%, Andalucía (14,1%), Navarra y el País Vasco (13,7%) y Extremadura (12,7%). El resto se encuentra por debajo y, en último lugar, Asturias. El porcentaje del 6,8% del Principado corresponde a los centros públicos, pues no hay datos de los concertados.
Ni la Confederación Nacional de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA), ni su homóloga en Asturias, COAPA, ni la Federación de AMPAs de centros públicos de Gijón y Carreño (Fapas-Xixón) están de acuerdo con las conclusiones.
Elena González, presidenta de la Federación de Asociaciones de Padres (FAPAS) Miguel Virgós, perteneciente a CEAPA, es miembro del Consejo Escolar del Estado, impulsor del informe. «Estuve en la presentación y no lo comparto porque, en contra de lo que diga el estudio, no se ha contado con las familias, ni con las asociaciones».
«Hecha esta aclaración -continúa-, si nos ceñimos a los resultados, la participación en Asturias es baja, pero la diferencia con otras comunidades no es exagerada. En todas ocurre lo mismo porque no hay cultura de participación ni nos dejan participar», en alusión a la Ley Wert. «Y trabajar para que quede en nada... Además, el consejo confunde participación con colaboración y no es lo mismo».
«Lamento, además, que la mayoría de los directores tengan ese concepto de que nuestra competencia se limita a llevar a los niños al colegio, ir a buscar las notas y participar en las actividades extraescolares cuando lo que queremos en tomar parte en la gestión, en el plan de convivencia, en el proyecto educativo», dice.
Faustino Sabio, de COAPA, y Juana Llanas, de Fapas-Xixón, sostienen que en todos los consejos está cubierta la representación familiar, como recoge el reglamento, mientras queMari Luz Luna, vicepresidenta del AMPA del colegio Antonio Machado de Gijón, sostiene que la baja participación no es en absoluto atribuible a este centro público, pues «la implicación es altísima». No obstante, la impresión que tiene es que «en la mayoría de los colegios, no todos, las asociaciones de padres tienen muy poco peso. En algunos ni hay y la diferencia entre un caso y otro se nota un montón, no sólo en las actividades que se organizan. Teniendo un equipo fuerte y en colaboración con el profesorado, se pueden suplir carencias de recursos en los colegios».
El informe revela que las familias sobreestiman su participación, con un porcentaje de un 40,4%, cuando la tasa real es de un 16% en los centros públicos. Así, en Infantil y Primaria sólo una tercera parte conoce a los representantes y una cuarta muestra su disponibilidad para ser miembro del consejo, mientras que, en Secundaria, esas proporciones se reducen a una cuarta y quinta parte.
Dificultades para renovarlos
Faustino Sabio reconoce que «sí hay dificultades para renovar, porque estos cargos no están exentos de dificultades, de exposición a críticas, y quienes participan a veces se preguntan si vale la pena todo el esfuerzo». En este sentido, el informe apunta que, cuando se le pregunta a los encuestados por los inconvenientes para implicarse, más del 8% contestó que no lo hace «por no tener facilidad de palabra, porque le costaba resolver problemas, tomar decisiones y negociar». Juana Llana alude a «las dificultades para acudir a las reuniones, ya que suelen tener lugar en horario lectivo, por las mañanas, cuando los padres no pueden acudir porque están trabajando», mientras que Elena González añade que este es el horario escogido también para votar y elegir a sus representantes.
Manuel Ascariz, presidente del AMPA de la Escuela Infantil de Tremañes, en Gijón, está reactivando la asociación tras un vacío en la directiva. «El problema es que este ciclo es muy corto», afirma y, por eso, los cambios de representantes son más frecuentes. Pese a las dificultades de ser padres primerizos, asegura tener mucha colaboración de las instituciones y de las propias familias. «La nuestra es una escuela pequeña, con 37 niños, y el 40% de los padres están muy implicados».
Influye en el rendimiento
Los investigadores del estudio sostienen que «el análisis sobre la relación familiar y el rendimiento escolar realizados sobre alumnos de Educación Infantil, Primaria y ESO demuestran una conexión efectiva entre la participación familiar en la vida del centro y los resultados escolares».
La implicación en las primeras etapas es de un 11% en Asturias, mientras que en Secundaria baja a un 2,4%, siguiendo la tónica general del país. Cuando los niños llegan a ESO, los padres tienen «la creencia errónea» de que, como consecuencia de la edad, su implicación ya no es tan necesaria. Sin embargo, «es en Secundaria donde el impacto de la participación en los consejos escolares sobre el rendimiento escolar es mayor». Por eso, les aconsejan que no bajen la intensidad. En Educación Especial, en cambio, Asturias está en los primeros lugares del ranking.: el 42,6% de los padres participan en los consejos escolares (la media es de un 29,4%).
Llana agrega: «Al ser minoría en el consejo, nuestra opinión se diluye». Y, alerta, al igual que Elena González y Faustino Sabio, de los efectos de la LOMCE en este tipo de órgano, «que pasará a ser meramente consultivo y la decisión quedará a lo que estime la dirección».
En este primer trimestre, en el que ha habido elecciones para constituir nuevos consejos escolares, los investigadores hacen una recomendación a los padres: «Dediquen tiempo a conversar y a participar todos en la comida principal. Es un hábito que no depende del nivel socioeconómico o cultural, pero resulta muy efectivo en el rendimiento escolar». Para Elena González, esto «resulta ofensivo». También se les anima a que sitúen las aspiraciones académicas de sus hijos entre sus principales valores y a supervisar sus tareas escolares.
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