La UIM atraca por primera vez en la ribera del Duero

Si de «única» definía el director de la Universidad Itinerante de la mar (UIM), Fermín Rodríguez, la posibilidad de observar frente a frente, desde el navío ' Creoula ', la costa de la península ibérica no menos única fue la llegada que ayer protagonizó el buque escuela: desde el Atlántico directamente al corazón de Oporto, a los pies del puente de Don Luis.

Era la primera vez, en los nueve años del proyecto que coordinan las universidades de Oviedo y Oporto, que el Duero presentaba las condiciones adecuadas para su navegación. Sin ir más lejos, el año pasado estaba prevista la entrada del navío hasta el Porto do Douro, hasta la Ribeira de Oporto. Pero «el río traía poca agua como para entrar con plenas garantías de seguridad», explicó el comandante del 'Creoula', Jose Zacarías Cruz Martins.

Ayer no pasó eso. A las diez de la mañana, según la hora española que hasta el atraque rigió las rutinas del barco, se iniciaron las maniobras para la entrada en el río. «Para llegar hasta Ribeira, la marea tiene que estar alta, porque es verano, el río baja con menos caudal y con marea baja disminuye hasta tres metros. El 'Creoula' tiene un calado de 4,7 metros, esa es la distancia que debe quedar por debajo de la quilla», prosiguió el comandante, que esta vez prescindió del piloto para su entrada a puerto. Puede hacerlo porque el 'Creoula' es un navío de la Marinha Portuguesa y «nosotros tenemos los conocimientos para ello», cuenta Cruz Martins. Con modestia explica también que hace quince días, en otra campaña diferente a la UIM, el 'Creoula' atracó en Ribeira. «Eso me permitió conocer el estado de las aguas, porque hacía diez años que no entraba por el río y el fondo es más alto de un lado que de otro y va cambiando con el tiempo».

El propio comandante señaló que la entrada a Oporto por el Duero «es una de las más bonitas de Portugal». Eso es lo que percibieron alumnos y tutores de la UIM que llegaron con bocas y ojos bien abiertos. «Ya había estado en Oporto, pero la perspectiva que ofrece esta entrada por el Duero es maravillosa, indescriptible», contaba la estudiante de Biología en la Universidad de Oviedo Celia Solís también a la tele portuguesa que la entrevistó a la llegada. Los portugueses saludaban desde las aceras y lanzaban besos desde los balcones.

Para Fermín Rodríguez lo de ayer supone otro hito cumplido para la UIM, «es como lo que conseguimos al visitar las islas Azores, son hitos cumplidos y hasta ahora no habíamos podido entrar a la Ribeira», señaló. Tal vez cruzaba los dedos a su espalda para cumplir dos de esos objetivos en una misma travesía. Porque la UIM tiene previsto visitar en una semana Ceuta, parada prevista varios años y siempre frustrada.

Pero eso es otra historia de las muchas que acontecen en un viaje de la UIM. Por el momento toca disfrutar de Oporto, donde los estudiantes tuvieron una recepción oficial en el Ayuntamiento. Hoy partirán hacia su próxima parada: las islas Berlengas.