«Si llego a ser alérgico al veneno de avispa, no lo cuento»

El barrendero Felipe Carrera fue atacado ayer por un enjambre mientras trabajaba en Nueva. «Todos los veranos me pica alguna, pero nunca sentí nada parecido a esto»

Andrea Inguanzo

Miércoles, 16 de julio 2014, 00:15

Un inesperado susto. Eso es lo que se llevó ayer Felipe Carrera, un vecino de Nueva de Llanes cuando un enjambre de avispas le atacó mientras desarrollaba labores de desbroce en las inmediaciones del cementerio, dejándole varias picaduras en diversas partes del cuerpo. Este barrendero de 56 años se acercó por la mañana a la zona del camposanto para adecentar las márgenes del camino de acceso. Alrededor de las 10.30 horas, al llegar a un punto de la cuneta con su máquina desbrozadora comenzó el ataque. «No me dio tiempo a reaccionar. Empezaron a salir del suelo muchísimas avispas y a picarme. Tiré la máquina al suelo y comencé a rascarme porque de inmediato sentí un picor muy intenso», explicó.

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Los picotazos que, según contó, «no fueron muy numerosos, en comparación con la cantidad de avispas que aparecieron», estuvieron localizados sobre todo en las manos, los pies y el cuello. El picor se fue convirtiendo en un fuerte dolor en algunos puntos concretos del cuerpo y, además, Carrera sintió muchos mareos. Tantos que decidió, en un primer momento, sentarse en el suelo. «Como tenía el coche allí cerca, traté de llegar hasta él, pero de camino me di cuenta de que no estaba en condiciones de conducir ni siquiera», relató. Fue entonces cuando llamó por teléfono a su mujer para que enviase a alguien a recogerlo, avisándola de que en ese instante incluso «estaba perdiendo hasta la vista».

Antes de llegar el auxilio, Felipe Carrera reconoció el vehículo de una vecina, que se encontraba dentro del cementerio, a la que llamó pidiendo ayuda. Ella fue quien lo trasladó al centro de salud. Una vez atendido, el afectado explicaba que la médico le confesó que «si llego a ser alérgico al veneno de las avispas, es posible que no lo hubiese contado». «Según me explicaron, con la picadura de estas avispas se te paraliza hasta el corazón en algunos casos».

El llanisco permaneció casi tres horas y media en el ambulatorio donde se le suministraron antídotos, otros medicamentos y suero. Posteriormente pudo irse a casa por su propio pie, aunque bastante débil aún. «Me mandaron que descansara y que bebiese mucho líquido durante todo el día. Mañana -por hoy- tengo que volver a que me hagan un reconocimiento», detalló. A última hora del día únicamente contaba ya con algo de hinchazón en una de sus manos. Como barrendero, y pasando por trabajo largas horas al aire libre, no es la primera vez que recibe alguna picadura de avispa. «Todos los veranos me pica alguna, pero nunca sentí nada parecido a lo que me provocaron éstas», manifestó.

Dos víctimas en una semana

Todo parece indicar que se trataba de la temida vespa velutina, conocida también como 'avispón asiático' o 'avispa asesina', una especie invasora que está sembrado el pánico entre la población de la comarca oriental. El pasado viernes, en la localidad parraguesa de Bodes, un hombre de 89 años fue atacado por «cientos de avispas» que salieron de la tierra tras haber escarbado un poco el perro que le acompañaba. Arsenio Díaz Escandón no pudo superar la reacción alérgica que le provocaron las incontables picaduras y falleció en el Hospital de Cabueñes. Antes que él, en la playa de Rodiles, fallecía el miércoles otro varón, de 55 años, tras ser picado por, al menos dos avispas.

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