200 afectados se organizan para idear soluciones y ayudar en la investigación

«Nuestra intención es identificar y compartir los hechos traumáticos que hemos experimentado, y a partir de ellos, consensuar colectivamente al menos cinco propuestas de actuación que exigiremos a las autoridades competentes para que en futuros incendios los daños se reduzcan», señaló. Pidió a los asistentes que respetasen tres principios: proponer soluciones evitando la politización, buscar cómo ayudar a los afectados y debatir sobre medidas de prevención a futuro.

«No tenemos la capacidad para investigar lo ocurrido, eso lo hace la Guardia Civil y unos expertos independientes con los que hemos decidido colaborar», expuso. Dejó sobre la mesa una serie de mapas representativos de la geografía valdesana y tinetense, «Sentiros libres para acercaros y anotar cualquier dato que pueda facilitar el avance de la investigación oficial, por ejemplo, lugar y hora exacta en la que avistasteis el primer fuego».

También pidió consensuar la primera propuesta: «Me gustaría que los presentes estuviéramos de acuerdo en el compromiso de exigir a las administraciones que no se permita un cambio de uso de la masa forestal incendiada. Por ejemplo, la recalificación del suelo a un uso industrial», detalló.

Los afectados, aún dolidos e impotentes pidieron que constase en acta su demanda de «exigir a las administraciones una investigación rigurosa para conocer con detalle las causas exactas que provocaron este desastre». Algunas de las propuestas de los vecinos tuvieron que ver con indemnizar los daños a partir de políticas de fiscalidad positiva, eximiendo las próximas convocatorias del pago de impuestos en los terrenos quemados.

Debatieron sobre la falta de una interfaz bien conservada en la mayoría de los pueblos. La plataforma convocante citó el proyecto piloto del Alto Narcea, que equipa a los pueblos de mecanismos de extinción a la espera de que lleguen los bomberos. «Nuestra labor es presionar a la Administración para que se implante lo antes posible y en todos los pueblos». dijo Lema, recordando que en Folgueirón, aldea de siete habitantes «no hubo efectivos ni de la UME, ni de la BRIF ni Bomberos apagando los focos activos».