Secciones
Servicios
Destacamos
«Cuando llegué en noviembre a Texas, lo pasé fatal porque fue un choque cultural muy fuerte», reconoce, ahora entre risas, María Rendueles (Gijón, 1998). Ella cruzó el charco «para aprender inglés», trabajando como 'au pair' en una casa en la ciudad de San Antonio. « ... Cuido a los niños y, a cambio, vivo con ellos. Me pagan 230 dólares a la semana y tengo la comida y el alojamiento gratis», explica. Los pequeños tienen tres y siete años y, al principio, le resultó muy complicado entenderse con ellos. «Era muy difícil porque yo les imponía algunas cosas y ellos no estaban acostumbrados», recuerda.
A ese problema se sumaba el obstáculo del idioma: «No me sabía comunicar, pero ahora ya las cosas básicas las tengo dominadas», celebra. Eso sí: por allí la manera de relacionarse con los niños es muy diferente a la española. «No tienen límites de nada. Los padres son partidarios del diálogo todo el rato. No hay castigos ni riñas», cuenta sorprendida. Además, el consumismo está muy presente y «tienen regalos en cualquier momento de la semana».
Salta a la vista que todo es muy distinto en Texas, también la forma de relacionarse con la comida. «A las seis están cenando, pero no tiene sentido porque a las diez están tomándose un 'snack'», se ríe. Además, lo de sentarse toda la familia alrededor de la mesa no lo practican. «Cada uno come a su manera, lo que quiera y donde quiera. No tienen la costumbre de hacerlo todos juntos y sentados».
Igualmente, María está encantada con ellos porque «se portan muy bien comigo, me implican mucho en la familia», tanto que por Navidad le regalaron la oportunidad de bañase «con delfines». Será un planazo -cuando pase el frío- porque, de momento, el día a día es más rutinario. «Entre semana, no tengo muchos planes, solo ir al gimnasio para compensar lo que se come aquí», dice riéndose, antes de anunciar que los miércoles va a «un sitio de 'country' a bailar 'cowboy'».
Unos ritmos muy de la zona, que desaparecen cuando llega el fin de semana. «Para salir de fiesta, solemos ir a un bar latino, en el que ponen reguetón porque, en el resto de sitios, te ponen a Taylor Swift y a Harry Styles para bailar», explica. «¡Yo alucino! Con esa música no se lo pueden pasar bien».
Pero está claro que eso es lo que gusta en San Antonio, una ciudad cuyo centro tiene bastantes pocas opciones de ocio. «Los bares están en las afueras. Cuando vas a un restaurante, está en medio de la carretera y lo que tienes es comida mexicana o tex-mex».
Y, evidentemente, la cercanía con México hace que, por la zona, haya «muchos hispanohablantes». Una mezcla cultural que choca con el carácter de los estadounidenses, que son «bastante incultos», según confiesa la gijonesa. «Solo les interesa lo suyo». Tienen poca curiosidad por lo que ocurre en otros lugares, cosa que María no entiende. Ella tiene muchas ganas de aprovechar su aventura en Estados Unidos y conocer distintos destinos. «Todavía no pude hacer muchos viajes, pero la primera semana cuando llegué estuve en Nueva York porque nos dieron un curso».
Además, la semana pasada visitó el Gran Cañón. «Hago un esfuerzo por viajar porque quizá nunca más tenga la oportunidad de estar aquí», explica, al tiempo que reconoce que «es caro moverse entre estados». «No es como ir de un país a otro de Europa, que los billetes de avión son accesibles, sino que no bajan de los 200 dólares». Además, a veces te llevas un susto al ir a pagar los alojamientos o cualquier producto que compres. «El precio que te marca es sin impuestos y luego, al pasar por caja, te los suman». Eso es así porque, en cada estado, son diferentes las tasas a abonar. «En Texas son un 8%, mientras que en Nueva York son un poco más altas».
Cada lugar es un mundo y lo que María está haciendo, de momento, es visitar sitios cercanos como Austin y Houston, adonde sí puede llegar en coche. Tendrá tiempo para ir descubriendo más rincones porque su plan pasa por quedarse allí «un año entero, hasta el próximo noviembre». En todo este tiempo, no tiene pensado volver a España de vacaciones, pero tiene claro que lo hará ya definitivamente el próximo invierno. «Mi objetivo de este año era aprender inglés, pero quiero volver cuando se acabe este contrato para trabajar como periodista».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.