El empresario Víctor Ladreda trabaja en China, donde vive a tiempo completo desde hace ocho años. E. C.
Asturianos en la diáspora

«Hay una imagen irreal de los chinos»

Víctor Ladreda triunfa en Zhuahai como empresario y como padre de «un asturianín» que camina por allí con la equipación del Oviedo

ANA RANERA

GIJÓN.

Domingo, 3 de abril 2022, 01:39

El trabajo llevó a Víctor Ladreda (Oviedo, 1974), hace dieciséis años, a entrar en contacto con China. Aquellos primeros viajes que hizo al país asiático le permitieron descubrir las oportunidades que atesoraba y decidir que quería vincularse a él, como cuenta ahora, tanto tiempo después. ... Este ovetense fue teniendo entonces cada vez más frentes abiertos por allí, y eso provocó que, en 2014, se diera cuenta de que había llegado el momento de establecerse definitivamente en Zhuahai, «enfrente de Macao y a media hora de Hong Kong», lo sitúa.

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Su andadura por esos lares comenzó como director general de la Oficina Económica y Comercial para los mercados de habla hispana de la zona de libre comercio de la región de Henqing. Dicho con otras palabras: su trabajo consistió en hablar «con unas 4.500 entidades que tenían interés en hacer negocios en China y ayudarlos, atendiéndolos en español». Pero, después de cinco años, Víctor quiso cambiar de rumbo laboral y se centró en su propia empresa, Xi You Bao. «Es una plataforma para la atención de turistas chinos que quieran ir a España», explica.

Un servicio «muy novedoso» y, sobre todo, actual. «En el año 2011, iban a España unos 70.000 chinos al año y, para 2020, se preveía superar ya el millón», detalla. «El atractivo que tiene para ellos Europa es que les basta con un visado para recorrerla entera. Ellos van al continente, no a una nación en concreto, e igual se ven siete países en cuestión de días», prosigue.

Según cuenta Ladreda, los chinos tienen un nivel cultural muy alto, y eso que en España «tenemos una imagen de ellos que no se corresponde a la realidad», asegura. «La vida aquí es igual a la de Asturias, simplemente, con una cultura distinta, pero el nivel de vida es muy alto y el clima es muy bueno», asegura.

Más allá de empresario, este ovetense es padre de «un asturianín de cinco años», que ya domina el castellano y el chino y que «tiene la suerte de ser de dos sitios», señala. «Está muy vinculado a Asturias porque intentamos hacer muchas videollamadas con la familia y porque es del Real Oviedo convencido», se ríe Ladreda. «Cuando los fines de semana le digo que hay partido, se pone la equipación y va por las calles de Zhuahai con ella puesta», se enorgullece.

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Precisamente, por la educación del peque, a Víctor le encantaría quedarse en China «al menos hasta que acabe la Primaria, para que sepa leer y escribir perfectamente en chino», dice. Igualmente, tampoco se atreve a hacer planes a largo plazo porque, «si algo nos ha enseñado la pandemia, es que no sabemos lo que va a pasar en el futuro, así que ya veremos cómo se van dando las cosas». Lo que está claro es que, esté donde esté esta familia, celebrarán los goles del Oviedo, sintiéndose como en Asturias.

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