ANA RANERA
GIJÓN.
Domingo, 28 de mayo 2023, 01:41
Paula Cernuda (Gijón, 1997) estudió Trabajo Social aquí en Asturias y, después de un tiempo sin encontrar una oportunidad laboral en nuestra región, decidió hacer las maletas y volar a Países Bajos, con un programa de voluntariado.
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«Formaba parte de proyectos de inserción laboral para personas con diversidad funcional», explica. Y aquella experiencia le sirvió para aprender inglés y también para darse cuenta de que Holanda es un lugar maravilloso para vivir. «Vivía en un pueblito pequeño y me encantó, así que, cuando volví a Asturias, me puse a buscar casa en Róterdam para regresar».
Eso sí: tardó tres meses en encontrar esa vivienda deseada, porque, por esos lares, escasean las construcciones. «Es un país muy pequeño que está sobre agua y encima hay mucha industria de la agricultura, que hace que haya zonas en las que no se pueda edificar», cuenta. «Todo eso tiene como consecuencia que no haya casas para toda la gente que viene a vivir aquí, atraídos por las oportunidades de trabajo que hay».
Pese a esa desventaja, Paula es consciente de que Róterdam está llena de virtudes. «Es casi igual que Ámsterdam, pero sin ser tan turístico», apunta. «Es una ciudad más asequible, intercultural y que tiene el mismo número de oportunidades que la capital», asegura convencida de que «Holanda no es solo Ámsterdam».
Además, está estudiando 'online' un máster en Dirección de Proyectos y, desde enero, trabaja en una compañía de hoteles. «Estoy en el departamento creativo y me encargo del diseño de las campañas de marketing». Una profesión que la hace estar «muy contenta» y que le permite, además, recorrer mundo, porque «es una empresa internacional».
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A decir verdad, tampoco le hace falta a esta gijonesa irse muy lejos para ser feliz, porque allí tiene muchos planes para hacer. «Hay ocio, pero más tranquilo que en España. Todas las tiendas cierran a las seis y las cafeterías, también, así que, a partir de esa hora, ya abren los bares de cervezas», se ríe. Con esos horarios, por mucho que se alargue la fiesta, a las tres uno ya está en casa y, al día siguiente, se levanta como nuevo, aunque con la cartera bastante más ligera que la noche anterior. «Los salarios están equilibrados al nivel de vida, pero una cerveza te cuesta el triple, y eso se nota», se ríe.
Son formas muy diferentes de vivir que a Paula no le disgustan, pero igualmente tiene ganas de volver a nuestro país algún día. «Tengo plan de quedarme aquí a largo plazo y crecer un poco más en lo que me estoy formando», cuenta. Pero no todo va a ser el trabajo, así que ya avisa: «Gijón es mucho Gijón. En un futuro, claro que me planteo volver». Porque, por mucho que se esté bien en Róterdam, hay formas de vivir que no se pueden comparar con sentarse en la cuesta del Cholo a terminar una tarde de verano.
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