«Me gustaría emprender en Asturias»

En enero de 2022 llegó a Milán para hacer el máster, en julio acabó y en septiembre se mudó a Roma para hacer prácticas en Bulgari. «Está muy bien para quien le guste el mundo del lujo y las joyas, pero a mí me gustan la moda, el arte y los aspectos más creativos», afirma. Eso sí, no niega que la experiencia fue estupenda: «Te deja ver cosas que no había imaginado en la vida». Trabajó durante cinco meses pero acabó retornando a Milán. «Me encanta, sabía que si era posible quería volver», afirma. Buscó y encontró en otra firma de renombre: Marni. «Me cogieron ahora para una sustitución de baja de maternidad y estoy en organización de eventos y 'trade marketing'», que es algo así como la gestión de todos los materiales visuales de la firma para que los puedan utilizar sus tiendas por el mundo. «Estoy encantada», confiesa y sabe además que dentro del grupo OTB al que pertenece Marni (Diesel, Maison Margiela, Viktor&Rolf y Jil Sander) hay mucha rotación. Y ahí pone sus ojos: «Me gusta lo que hago, pero preferiría tener un puesto más creativo, en contacto con el producto», afirma.

Ni una mala palabra tiene para el país de acogida, salvo que los alquileres son una auténtica locura. Un minipiso de una sola estancia exige el pago de entre ochocientos y mil euros al mes, pero es que conseguirlo es casi un milagro. Cuesta muchísimo trabajo encontrar dónde vivir. Pero compensa por razones múltiples: «Milán me parece súper divertida, es una ciudad pequeña, muy manejable y siempre hay algo que hacer». Es internacional, con una vida cultural intensa y con una forma de vida muy al modo español, callejera y vital. «Ahora mismo es donde quiero vivir», concluye.

Ha encontrado trabajo rápido y eso no siempre es fácil en el país, pero en su caso se lo curró muy duro con el italiano y eso ayudó en todo el proceso. «Si hablas italiano lo tienes más fácil y yo hice mucho esfuerzo para aprenderlo». Hizo amigos del país y si en sus primeras salidas iba casi de oyente, al final acabó aprendiendo. Tiene buenas amistades además: «Lo mejor es la gente, he hecho amigas para toda la vida y eso me ha facilitado viajar por Italia a sus casas, con sus familias», afirma. Moverse por el país es fácil, Venecia está muy cerca, Florencia tampoco está lejos y ha tenido incluso oportunidad de visitar Sicilia en el verano.

Pese a todo lo dicho, echa en falta la la montaña, un merendero cercano y «la tranquilidad que da estar en casa, saber que tienes amigos y familia mirando por ti todo el rato». Pero la experiencia de estar fuera también merece la pena: «Aprendes de la cultura, del trabajo y te permite abrir la mente a la posibilidad de irte a vivir a otros sitios; mi intencion al principio era hacer el máster y volver y ahora no», afirma.

En todo caso, la vuelta a Asturias no está descartada. «Me gustaría emprender allí». También ha cambiado su mirada hacia la tierra, ahora más curiosa e interesada en todo. «Te das cuenta de que hay muchísimas cosas interesantes, me parece un sitio para emprender, la verdad».

Más que la comida asturiana echa en falta una cocina de gran tamaño que le permita a ella poder cocinar. En su casa de una sola estancia no es fácil hacerlo. Y eso que le apasiona la gastronomía, por eso en Italia se siente feliz. «Creo que en España se tiene una concepción muy simplicada de la cocina italiana, pasta, pizza, risotto, pero yo pienso que es incluso más rica que la gastronomía española», remata.