El ingeniero gijonés Carlos Lago, delante de la universidad donde estudia en Estocolmo. E. C.
Asturianos en la diáspora

«Estocolmo no es más caro que Madrid»

El ingeniero Carlos Lago estudia un máster en Suecia, donde le toca lidiar con la falta de luz: «Es duro que a las tres ya sea de noche»

ANA RANERA

GIJÓN.

Domingo, 28 de noviembre 2021, 01:58

Carlos Lago (Gijón, 1997) tenía ganas de volar del nido y, al acabar el Bachillerato, se fue a estudiar Ingeniería Informática y Electrónica a Bilbao. Con el título ya en la mano, quiso seguir formándose y volvió a hacer las maletas, esta vez, para irse ... a estudiar un máster a Estocolmo. Aquello fue en agosto de 2020 y, ahora, un año y tres meses después, celebra esa decisión, aunque la vida por allí, a veces, le hiele. «El verano es una pasada, pero, a partir de octubre o noviembre, a las tres y media ya es de noche y eso cuesta bastante», explica. «No queda más remedio que tomar vitamina D para tener energía», se ríe. Y no es lo único que hace para ganarle horas a la oscuridad: «Lo mejor es ponerse actividades para no sentir que ya se acaba el día», apunta.

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Igualmente, por allí hay muchos planes que hacer, no tiene queja. «En el ámbito universitario, hay asociaciones de estudiantes que nos organizan actividades», cuenta. «Además, hay bastante vida cultural y deportiva, eso sí, bajo techo, porque aquí, con este clima, pocas cosas se pueden hacer al aire libre», prosigue.

Y, frente a la imagen de que el nivel de vida allí es muy caro, este gijonés asegura que «vivir en Estocolmo no es más caro que hacerlo en Madrid o Barcelona», indica. «Hay pisos para estudiantes. Yo pago menos de 400 euros por una habitación con baño y cocina compartida», señala. «Los precios están bien, teniendo en cuenta los sueldos», apostilla, aunque reconoce que hay algunos servicios cuyo coste impresiona. «Ir a la peluquería a cortarte el pelo pueden ser 30 euros».

Un mal menor que se compensa fácilmente con el buen nivel universitario del que está disfrutando. «Estoy estudiando un máster sobre inteligencia artificial. La forma de enseñar es muy distinta a la de España», señala. «La universidad es mucho más práctica, llevamos a cabo numerosos proyectos. Más que hacer exámenes teóricos, preparamos presentaciones y comprueban que sabemos aplicar lo que hemos aprendido».

Este curso, Carlos termina su formación en Estocolmo, pero todo parece indicar que no volverá a nuestro país. «No estoy seguro al 100%, pero supongo que me quedaré aquí porque es más fácil encontrar trabajo», adelanta. «Si no, me plantearé irme a otros países europeos, pero España no entra dentro de mis planes porque me echan para atrás las condiciones laborales», dice, y se carga de razones. «Aquí tienes tu horario y nunca sales tarde, es todo más relajado. Por eso creo que me sería difícil adaptarme al estilo español».

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Las ciudades nórdicas son las que le llaman especialmente la atención para establecerse, y eso que, en todas ellas, falta la principal virtud que Carlos le encuentra a Asturias. «A cualquier hora, hay ambiente en los bares y en las terrazas y, aquí, sin embargo, a las seis de la tarde, me pongo a caminar y están las calles vacías», se lamenta.

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