![«Canadá tiene una naturaleza brutal»](https://s3.ppllstatics.com/elcomercio/www/multimedia/2023/04/09/ult-kyKB--1200x840@El%20Comercio.jpg)
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REDACCIÓN
GIJÓN.
Domingo, 9 de abril 2023, 01:36
Rodrigo Mateos Cuervo (Candás, 1982), licenciado en Ciencias Ambientales por la Universidad de León, siempre quiso viajar y volar lejos. Y Vancouver es desde agosto de 2016 su lugar en el mundo. «Desde que acabé la Primaria tenía la idea de trabajar en el ámbito ambiental en otro país y poder llegar a mejorar mi nivel de inglés hasta el punto de considerarme bilingüe», relata. Vio en Canadá la portunidad y se lanzó, porque, además, «es un país con una naturaleza brutal». Y en relación directa con ella trabaja.
Está contento. Aunque advierte que en el plano laboral «les hace falta un poco más de 'sangre' e iniciativa», le gusta todo lo demás, como por ejemplo: «El respeto y el agradecimiento por tu trabajo y la flexibilidad o el balance trabajo-vida personal». Se pregunta a quien trabaja qué quiere, gusta o requiere y «no pasa nada por decir 'no domino esto y necesito ayuda'». Es también importante para él que el tiempo personal se respeta y las horas extras están bien remuneradas. «Trabajo en muchas ocasiones en zonas aisladas al norte de la provincia, lo que conlleva muchas horas extra y semanas de trabajo sin días de descanso, pero después tienes el mismo número de semanas sin trabajar o puedes apoyar en otros proyectos si así uno lo decide, esto, en mi caso, que no tengo familia, me permite tener periodos de descanso más largos que el clásico fin de semana que puedo dedicar a lo que necesite y sobre todo a viajar», expone. Entre sus viajes, hay uno inexcusable, que es Asturias en septiembre para ver a la familia y disfrutar de las fiestas del Cristo. «Se valora más el lugar donde uno se ha criado cuando está fuera y cada vez que regreso a España me enamoro de nuevo de ella, especialmente de mi Asturias».
Hay algo de Vancouver que ya no le gusta tanto: los inviernos son largos y oscuros. Y eso que «tiene las mejores temperaturas de Canadá». Es una ciudad cara y no demasiado animada: «Es muy tranquila, no pasan muchas cosas y no hacen prácticamente nada para animar las calles, poco arte y cultura en general. La gente es muy educada pero cuesta bastante crear conexiones fuertes y reales con los locales». Dicho de otra forma: «British Columbia es una provincia a la que le falta alma». Pero, «una vez te adaptas a su ritmo y creas tus amistades, es un buen lugar para vivir, la ciudad es preciosa y está ubicada entre enormes montañas por el norte y el delta del río Fraser por el sur, si te gusta ir de ruta o esquiar puedes coger el transporte urbano y en nada estás en las montañas». En verano las temperaturas son buenas y está la opción de disfrutar de playas y lagos. Fauna salvaje, atardeceres espectáculares, la posibilidad de ir en bicicleta a todas partes y una oferta gastronómica multicultural dibujan un panorama de lo más apetecible.
Por su trabajo, viaja a zonas remotas sobre todo del oeste, como British Columbia, Alberta o el Yukon y su conclusión es clara: «He descubierto que un país tan nuevo como Canadá puede funcionar perfectamente movido por personas de diversos lugares del mundo que, como yo, vinieron buscando nuevas oportunidades y una vida mejor, este es un país de inmigrantes donde todos nos comunicamos en inglés o francés pero donde se escuchan acentos e idiomas de medio mundo, esto a mí me aporta mucho porque no hay nada más estimulante mental y emocionalmente que descubrir nuevas culturas y compartir conocimientos, gastronomía, formas de pensar y de ver las cosas con personas a priori tan diferentes a lo que tú estás acostumbrado».
Pero Asturias, los amigos, la naturaleza, la comida rica, se echan en falta entre quienes cuando viven fuera, como él, son «los mejores embajadores» de una tierra que desde la distancia se ve diferente, mejor. Y volver a ella sigue siendo una opción, aunque ahora mismo esté esperando la nacionalidad canadiense. «A medio o largo plazo creo que la vida me dirá cuándo ha sido ya suficiente y toca regresar o cambiar de aires», concluye.
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