Borrar
El avilesino Ramón Verano es feliz en Shangai, donde trabaja como cocinero. E. C.
«Shangai es Londres con esteroides»
Ramón Verano, cocinero

«Shangai es Londres con esteroides»

El cocinero avilesino Ramón Verano vive desde hace tres años en China, un país donde la vida es «una locura muy divertida»

ANA RANERA

GIJÓN.

Domingo, 5 de septiembre 2021, 01:46

A Ramón Verano (Avilés, 1994) la vida no le da siquiera un respiro. Esa es la consecuencia de haberse establecido, hace ya tres años, en Shangai, una ciudad que no sabe de silencio ni de calma. Tampoco los echa él en falta porque ese caos que lo rodea le parece «una locura muy divertida». Habrá a quien le cueste entenderlo, pero, según explica este cocinero, la vida por esos lares engancha. «Es frenética, imparable. Puedes hacer lo que quieras cuando quieras, todo está abierto las 24 horas y es un barullo», explica. «En el mismo día, puedes comer unos pinchos españoles, una pizza napolitana y noodles y beber sake como si no hubiera un mañana. Estás en medio de la nada y puedes pedir que te lleven lo que quieras», añade.

Él llegó a China después de vivir en Londres y, aunque las comparaciones son odiosas, le resultan inevitables. «Londres es una ciudad con mucha variedad de culturas, pero es muy europea. Shangai, sin embargo, es Londres con esteroides. Aquí hay gente de todos lados y eso te sirve para darte cuenta de los parecidos y de las diferencias», indica.

Cuando aterrizó en Shangai, Verano no tenía intención de quedarse mucho tiempo. «Vine para unos meses», cuenta, pero las circunstancias le convencieron para quedarse. «Empecé a trabajar en un restaurante que se llamaba Las Tapas, pero que cerró con el confinamiento. De ahí, me fui al Tomatito, que también era español. Ahora estoy en una compañía de cervezas danesa», relata.

Este avilesino reconoce que «un par de veces» estuvo a punto de desertar de su vida en China, pero, al final, siempre llega algo que le impide marcharse. «No voy a España desde 2019, así que tengo sentimientos encontrados», confiesa. «Aquí soy muy feliz y, si no pienso en España, no lo echo tanto de menos», cuenta. Pero los momentos de morriña son inevitables y, cuando llegan, hace que todo se tambalee. «Cuando hablo con mi madre o cuando veo una foto de todos mis amigos juntos de parrillada, me pregunto: '¿Qué estoy haciendo aquí?'».

Ese sentir, por suerte, suele durarle poco tiempo y, rápidamente, vuelve a disfrutar de todo lo que le ofrece Shangai, que es mucho, aunque falten algunas cosas. «Como buen cocinero, lo que más echo de menos es el producto. Aunque aquí los ingredientes son increíbles, no te das cuenta de la suerte que tenemos en Asturias hasta que te marchas», asegura. «Tenemos el mar Cantábrico y la carne», presume.

A falta de productos de nuestra región, en la ciudad china tiene otras cosas que lo enganchan, como las personas. «Shangai depende mucho de la gente de la que te rodees», afirma, y él está encantado de tener a su alrededor amigos de casi cualquier rincón del mundo. Juntos conviven con ese ritmo frenético de calles que nunca duermen y de ruidos que nunca se apagan y que, por alguna razón, a Ramón Verano lo atrapan.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcomercio «Shangai es Londres con esteroides»