«Esfuerzo y trabajo», la receta detrás del éxito de la Mejor Sidra Natural DOP

Contentísimos es decir poco para describir lo que sintió la familia Castañón con el último premio que se llevan al llagar. La XIII Edición del Salón de la Sidra de Asturias decidió en Oviedo que la DOP (Denominación de Origen Protegida) Val de Boides del llagar Castañón era la Mejor Sidra Natural Tradicional.

Para Alfonso Castañón, la cuarta generación familiar en volcarse en el llagar, «recibir el oro a la Mejor Sidra Natural supone todo un orgullo y un reconocimiento al esfuerzo de haber estado trabajando todo el año». Una constancia que, aseguró, es clave «para conseguir la mejor sidra y la mejor calidad».

La premiada Val de Boides cumple casi veinte años como sidra Denominación de Origen Protegido del llagar Castañón, nacida durante el «tirón y el empuje» de Julián Castañón, la tercera generación del negocio familiar. «Nos hemos convertido en la sidra de Asturias con más número de premios, creo que eso quiere decir algo», opinó Alfonso. Por ello, el objetivo actual es «trabajar como hasta ahora, seguir adelante».

Esta filosofía es la que ha marcado el camino de la familia Castañón desde que Alfredo García vendiera su empresa de autobuses y fundara el llagar en 1938. Era el bisabuelo de Alfonso, que dio inicio a toda una saga sidrera. Fue Julián Castañón, el padre de Alfonso, quien «impulsó» de forma definitiva el negocio, construyendo el llagar actual en Quintueles. También fue bajo su liderazgo una época en la que se recibieron premios de la DOP, de Nava, Gijón y de Villaviciosa.

Ahora bien, ¿cuál es el secreto? La respuesta para Alfonso es sencilla: «Esfuerzo y mucho trabajo». Aunque, principalmente, lo que marcan como método es trabajar por variedades, tanto de sidra como de manzana; para poder repetir año a año la calidad suprema que buscamos».

Esto sólo se consigue con la constancia de «ir al campo y conseguir las variedades que buscamos, las que sabemos que nos funcionan y que año tras año traen el éxito al llagar». Es, subrayó, «es a fin de cuentas lo que queremos hacer: ir año a año, trabajando, conociendo cada variedad y hacer así la mejor sidra que podamos conseguir».

Además, el trabajo no sólo suyo sino del resto de firmas DOP de sidra de la región se está viendo recompensado, pues en su opinión hay en la actualidad «la gente consume mucha más sidra con Denominación de Origen». Por otro lado, los premios , el «impulso a la sidra» y la propia promoción de multitud de organizaciones se ve recompensado en que «la gente se conciencie de lo importante que es tirar de la sidra de Asturias», por eso «se ha incrementado tanto su consumo».

No hay que olvidar tampoco la inmediatez que la mayoría de los profesionales del sector ven al reconocimiento de la Unesco a la cultura sidrera como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Ante de que termine al año, para los más optimistas.

En opinión de Castañón, «está al caer y ojalá que sea así». Supondría «un antes y un después para la región», un reconocimiento de «gran importancia para la sidra» que destacaría a Asturias sobre el mapa y que conllevaría, entre otras cosas, «que venga mucha gente». De todos modos, se consiga o no, para Alfonso «hay que seguir con la cultura sidrera, que no se pierda la tradición o el escanciado, porque es lo que nos hace únicos ante los demás. Debemos mantenerlo porque es lo que nos diferencia del resto del mundo».

Además de Castañón, las sidras de Villaviciosa resultaron las grandes vencedoras en esta edición del Salón de la Sidra de Asturias, con Españar de Martínez Sopeña como ganadora en Mejor Sidra Natural Filtrada; y Valle, Ballina y Fernández, del Grupo El Gaitero, como la Mejor Sidra Natural Espumosa.

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