La cultura del azabache está a punto de completar su recorrido para alcanzar su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) de carácter inmaterial. Asturias, y en concreto Villaviciosa, atesoran el azabache de mayor calidad del planeta. Aunque hace tiempo ya que ... cerró la última mina –en agosto de 2008, Tomás Noval Barrado clausuraba el yacimiento de Olés, en Tazones (Villaviciosa)–, son muchos los artesanos –y, también, el Ayuntamiento de Villaviciosa– que están luchando tanto por obtener esta declaración como por reactivar esta actividad.
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Se acaba de dar un paso más, el penúltimo, en la carrera hacia la declaración como BIC. El pleno del Consejo de Patrimonio Cultural, presidido por la consejera Vanessa Gutiérrez, informó favorablemente este miércoles de la declaración de la cultura del azabache como bien de interés cultural (BIC) de carácter inmaterial. El máximo órgano asesor del Principado en materia patrimonial emitió un informe favorable, un paso decisivo antes de la aprobación del correspondiente decreto por parte del Consejo de Gobierno.
El último paso en la tramitación que queda por alcanzar este objetivo será llevar el expediente para aprobación por decreto en el Consejo de Gobierno, lo que convertirá la cultura del azabache en Bien de Interés Cultural una vez se publique en el BOPA. Se espera que todo ello se pueda materializar en el mes de enero del próximo año, apuntó el alcalde de Villaviciosa, el socialista Alejandro Vega.
En el expediente se destaca asimismo la estrecha vinculación del azabache con una zona concreta de la geografía asturiana: Les Mariñes, en Villaviciosa, donde pervivió la tradición minera hasta hace un par de décadas y se concentra el mayor número de artesanos del azabache. Por ese motivo, el Ayuntamiento de Villaviciosa, viene defendiendo «la incidencia positiva que tendría la declaración en el sector de la artesanía y el turismo y su importancia para la promoción cultural, especialmente por su vinculación con el Camino de Santiago, considerando además que Villaviciosa está declarada como Zona de Interés Artesanal, dentro de la declaración de la Comarca de la Sidra»,
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Así la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC), como patrimonio inmaterial para el azabache, cuenta con el apoyo institucional del Ayuntamiento de Villaviciosa. En el pleno del 31 de octubre de 2018 el Pleno maliayo aprobó la propuesta de la Alcaldía para la solicitud de esta declaración que ahora encara su recta final al Principado de Asturias
La existencia de yacimientos de azabache de excepcional calidad en Asturias permitió, ya desde épocas remotas, su explotación minera y su aprovechamiento artesanal, un hecho que ha dado lugar a una cultura basada en las cualidades de este singular mineral. Su supuesto carácter profiláctico generó una alta demanda de creaciones artesanales que se comercializaron especialmente fuera de la comunidad, tanto a través de formatos convencionales, como amuletos, como en versiones singulares, en variadas piezas de joyería. Es precisamente la joyería su principal uso en la actualidad, con artesanos que se han volcado con el azabache y que han trabajado también para que se alcance esta declaración.
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El oficio de azabachero elabora y comercializa básicamente dos tipos de productos: piezas tradicionales de alta demanda, como por ejemplo, las ciguas, que se venden mayoritariamente al mercado compostelano y asturiano, y singulares creaciones de joyería de talleres en los que se define un estilo propio y se apuesta por una elaboración innovadora, que incorpora nuevos materiales. Ambas variantes tienen vigor y mercado en un sector que lucha para sobrevivir, marcado sobre todo por la escasez de este material. De ahí que los azabacheros reclamen al Principado incentivos y la búsqueda «de algún empresario que abra un yacimiento». Fue en Les Mariñes, en Villaviciosa, donde más auge tuvo esta actividad y donde cerró la última mina.
El valor incontestable que se le confiere en Asturias al azabache a nivel social y cultural queda reflejado en su uso a lo largo de la historia. Su rareza, su color, su brillo y su inalterabilidad, así como sus supuestas propiedades, explican un aprecio que ha llegado al siglo XXI y que justifica su protección patrimonial a través de la declaración de esta cultura como Bien de Interés Cultural, se argumenta en el expediente de declaración que se incoó formalmente mediante una resolución de Cultura fechada el 11 de enero de 2023. Durante la tramitación se han obtenido informes favorables del Real Instituto de Estudios Asturianos (Ridea) y de la Universidad de Oviedo.
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