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Domingo, 9 de junio 2024, 14:47
Prisión comunicada y sin fianza. Y prohibición de acercar o comunicarse con la víctima, una medida extra solicitada al entender que «hay riesgo de fuga». Esa es la petición que ha realizado la Fiscalía al Juzgado de Instrucción de Grado que lleva las diligencias de la agresión con arma blanca que el pasado viernes cometió S. G. F., de 61 años y vecino de la localidad, cometió sobre su pareja, C. C. R, de 59 años. La comunicación con el agresor se llevó a cabo en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) en la que permanece ingresado desde el mismo viernes, ya que intentó suicidarse tras apuñalar varias veces en rostro y pecho a su pareja. Ella sigue ingresada en la UCI del mismo hospital en estado grave.
La Guardia Civil ya le había tomado declaración al agresor este sábado, en presencia de su abogado. El acusado se negó a declarar. Los agentes solicitaron también a la Fiscalía que pidiera control telemático del vecino de Grado, ante la gravedad de los hechos.
Eran vecinos de Grado «de toda la vida», pareja, con un hijo en común que trabaja en el Cuartel de Cabo Noval, y sin antecedentes por violencia de género. Sus vecinos del 34 de la calle Flórez Estrada los habían oído discutir «alguna vez, lo normal en una relación». De él insisten en que «no había dado nunca que hablar», que era «correcto». Hasta que el viernes, cerca de las siete de la mañana, los sonidos que salieron de aquel hogar revelaban una realidad bien distinta.
Ella es C.; en su momento fue peluquera, pero lleva años empleada de camarera en varios establecimientos. Tiene 59 años y gritaba desesperada. «¡Ayuda!». «¡Me vas a matar!». Alertado, uno de los vecinos llamó a la Guardia Civil y avisó de lo que estaba pasando, sin precisar el piso donde estaba teniendo lugar la agresión.
Inmediatamente se trasladó a la zona la patrulla de Seguridad Ciudadana del Puesto de la Guardia Civil de Belmonte de Miranda. También se pidió el apoyo de la patrulla de la Policía Local y los Bomberos. Los agentes se movilizaron conscientes de que cada segundo contaba, pero sin saber cuál era el piso al que dirigirse.
Los vecinos del inmueble cuentan que en paralelo hicieron un primer intento, llamando a la puerta del piso, sin éxito. S. G, de 61 años, jubilado y apasionado de la bici, mantuvo la vivienda cerrada a ojos extraños. Cuando arribaron los uniformados adujo que no podía abrir la puerta, que su hijo «se había llevado las llaves». Los bomberos forzaron la puerta y los agentes encontraron una escena llena de sangre. La víctima seguía consciente, pidiendo socorro, con varias puñadas en la cara y el pecho. Todo apunta a que S. G. se valió de un cuchillo de los que estaban en la cocina, de tamaño mediano.
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El supuesto agresor estaba en el suelo y mostraba dificultades para mantener la conciencia. Fue arrestado y trasladado al HUCA, donde se le atendió de una intoxicación grave producto de haber ingerido dosis excesivas de un fármaco. A ella los sanitarios tuvieron que atenderla en el mismo piso antes de llevarla, también, al HUCA. Llegó estable dentro de la gravedad. La decisión del vecino que llamó al 112 resultó determinante. Se recuerda que existe un número, el 016, para denunciar agresiones contra las mujeres.
La Policía Judicial de la Comandancia de Asturias investiga el ataque como un supuesto caso de violencia de género.
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