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«Con tal de que no desaparezcan ni la sociedad ni las fiestas, me presentaré como candidato». Así lo resumió el exconcejal César Díaz, quien ... confirmó este lunes su intención de volver a presidir la Sociedad de Festejos de Pola de Siero tras más de treinta años desde su anterior mandato en la entidad. Será hoy cuando acuda ante la gestora –órgano temporal– para proponer su candidatura.
A su juicio, resulta lamentable la inestabilidad actual, una crisis que se podría haberse evitado y que, en su opinión, «es como si hubieran querido que se disolviera la sociedad», en referencia a la anterior directiva. Algo del todo «reprochable» pues se trata de «una entidad que nació en los sesenta» y que va en camino de convertirse de las más veteranas de la región. El intentar remediarlo es lo que ha motivado que Díaz quiera a volver a ocupar un cargo en el que estuvo veinte años.
La idea era haberse presentarse ayer, aunque en el último momento le fallaron varias personas para formar grupo. «Cuando anuncié mi intención, se ofreció mucha gente para apoyarme, porque en cada candidatura deben ser cinco personas», explicó Díaz. A la hora de la verdad, continuó, «algunos se fueron saliendo», aunque al final del día ya tuvo a un grupo plenamente formado.
Ahora lo que falta, añadió, es «acelerar las elecciones» lo máximo posible para intentar volver a la normalidad en la sociedad. Es la gestora la que actúa como órgano temporal para manejar la entidad y la que tiene que dar por válida la lista presentada. Una vez se estipule que cumplen los requisitos, se convocarán elecciones en un plazo de quince días, periodo en el que se podrán presentar más candidatos, aunque a Díaz no le consta que «nadie más» quiera optar al puesto. La rapidez a la hora de actuar dada la situación actual es esencial, pues corren peligro dos de las fiestas principales que organizan: la de los Güevos Pintos, en abril, y la de El Carmín, en julio. En este último caso, destacó Díaz, «cuando yo presidía la entidad solía tener el programa musical de la romería cerrado entre enero y febrero; tal y como estamos no se ha visto nada aún y este tipo de fiestas necesitan un año de organización».
La que ya se descarta dentro del programa de la asociación es la de Les Comadres, dado que «ya no da tiempo a organizar nada por mucho que se quiera».
Le tranquiliza saber que eso no podrá con el ambiente festivo de La Pola que «la celebrará igual en las calles, vecinos y hosteleros, todos juntos». Eso sí, se echarán en falta las actividades asociadas a la entidad, como los talleres de elaboración de bollos preñados, el concurso de tortilla de sardinas y alguna que otra actuación musical.
En este aspecto, el alcalde de Siero, Ángel García, declaró que el Consistorio colaborará en la celebración de alguna actividad para intentar mantener el ambiente. «La gente va a celebrar la fiesta independientemente; ya hemos mantenido encuentros y animado para que se mantengan los Cancios de Chigre que es una de las actividades más importantes y que organiza la Asociación Amigos del Roble», dijo el regidor de Siero.
En cuanto a Güevos Pintos, la siguiente fiesta en el calendario de la entidad, la programación se mantendrá si no surge ningún contratiempo y se «aceleran» las elecciones, subrayó Díaz, por lo que «se podría abrir la nueva directiva» con esta fiesta.
Su vuelta a la sociedad de Festejos conllevaría a volver a tratar con el alcalde, con quien estuvo en el Ayuntamiento durante el mandato de 2015 a 2019. No ve problemas en el futuro entendimiento entre ambos, ni tampoco «tensión» entre el Consistorio y la sociedad, mucho menos por cuestiones de financiación.
La sociedad había estado teniendo un enfrentamientos constante con García, a quien reprochaba que la subvención municipal para organizar las fiestas polesas era insuficiente. Respecto a esto, Díaz dijo comprender el deseo de «tener más dinero» aunque, en su opinión, la financiación «era suficiente y buena» para lo que se pretendía.
De volver, en su plan entraría el recuperar unas fiestas más tradicionales. Por ejemplo, volvería la Reina de las celebraciones, figura que se reemplazó por la de los embajadores.
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