Impulsan una planta de gestión de residuos en una vieja cantera al lado de Pola de Siero

Según el documento, el ámbito elegido «presenta unas dimensiones con la amplitud necesaria para acoger de forma adecuada la planta de tratamiento de residuos, de acuerdo con el programa funcional, guardando los retranqueos y separación de cierres fijados por la normativa municipal y por la legislación sectorial de carreteras, y atendiendo a los límites de la propiedad». Por otro lado, su proximidad a la autovía A-64, la situación cercana a la carretera SI-8 y la existencia de industrias extractivas y de transformación en la misma área convierten el lugar planteado «en idóneo para la implantación de la actividad». La superficie total del ámbito es de 25.564 metros cuadrados, pero la zona sobre la que se interviene físicamente y, por tanto, se transforma, se reduce a 4.566,75, de los que 3.583 se corresponden con la plataforma de la planta y el resto, 983, a viario.

La actividad consiste en una planta de tratamiento de residuos de construcción y demolición, en la que tendrá lugar la recepción, depósito, clasificación y valorización de estos restos. Esto se realizará mediante un proceso de triaje, separación de materiales impropios y posterior tratamiento, clasificación, transporte y almacenamiento en función de su naturaleza en diferentes acopios que a tal efecto se instalarán. Por su parte, los rechazados serán almacenados en contenedores independientes para posteriormente trasladarlos a las instalaciones del gestor de residuos autorizado. La capacidad de la planta se estima en 40 toneladas por hora, con una producción acumulada de 50.400 al año.

¿Y cómo llegarán a este punto tal cantidad de materiales? Con camiones, que transitarán por esta zona.

No es el primer proyecto de este tipo que se impulsa en el concejo. De hecho, se promueve uno similar en la zona de Gargantada, en La Carba, pero con una capacidad todavía mayor, de más de 140.000 toneladas al año. Los vecinos ya actuaron y han presentado una batería de alegaciones contra el proyecto, respaldadas por 150 firmas recogidas en algunos de los pueblos más cercanos.

Los afectados entienden que este tipo de actividad debería desarrollarse en polígonos industriales y se quejan del volumen de camiones que transitarán.