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Si los llanerenses se rebelaron contra un obispo despiadado hace siglos, ayer centenares de asturianos lo hicieron contra el mal tiempo en el mismo escenario. Y es que no estaban invitados pero la lluvia intermitente y el orbayu más asturiano no quisieron perderse ayer la segunda jornada de los Exconxuraos en el recinto ferial de Ables, en Llanera. A pesar de que no son buenos compañeros para una jornada festival al aire libre las inclemencias meteorológicas, los asturianos apostaron por la gran cita medieval de Llanera y acudieron a disfrutar del imponente montaje que cada año convierte este trozo de Llanera en su gran historia del medievo.
El campamento medieval, lleno de mallas, espadas, cascos, picas y hachas, unido a las muestras de aves de cetrería, hicieron vibrar a los visitantes. Para completar la experiencia, un mercado de productos artesanales, comida de distintas partes del mundo, ropa, cremas, velas, abalorios y oficios perdidos reproducidos fielmente, no defraudaron; fueron muchas las familias que acudieron a pasar el día al recinto de Ables, fiel reflejo de la historia medieval del concejo.
Algunos lo hacían ataviados con trajes de la época aventurando lo que sería, más tarde, un cena medieval con más de 1.200 comensales. Quienes recorrían el recinto pudieron imaginarse el festín gastronómico, a tenor del olor de la carne a la estaca que se preparaba en las inmediaciones. Así lo explicaba Raúl Pérez, llegado de Siero: «Es algo mágico y diferente, una apuesta que atrae a muchas personas, y con este olor nos ponen los dientes largo». Y es que, junto a su familia, es la tercera vez que acude a esta recreación histórica. «Dudamos un poco acudir, por el mal tiempo, pero los niños llevan días hablando de los caballeros y al final nos decidimos a repetir».
Como ellos, Susana Menéndez y Luis Suárez no perdían detalle de la exhibición de cetrería. «Es impresionante cómo manejan las aves», apostillaba Menéndez, mientras su pareja aseguraba que su preferencias estaban en las luchas, ya que «parece todo tan real que hay momentos que pasas miedo».
Los festejos reivindican cada año los hechos ocurridos en el concejo a principios del siglo XV cuando enmudecieron las campanas de la iglesia ante la rebelión de los vecinos que durante cuatro años, en los que la mayoría fueron excomulgados, mantuvieron contra los agravios y sinrazones, que llegaban por parte del obispo de Oviedo, Guillén I de Monteverde. Ese capítulo hace que Llanera regrese cada año al Medievo para celebrar los Exconxuraos, una fiesta de Interés Turístico Regional con la que se ofrecen a los asturianos y visitantes una oportunidad única para caminar entre la historia. No hay mejor colofón para esta segunda jornada que la gran cena medieval en la que los comensales dieron buena cuentas de las viandas ofrecidas y disfrutaron con el festival central que cada año enamora a los participantes.
La cena dio paso a la música en directo que convirtió el recinto ferial en una fiesta inigualable. Hoy los Exconsuraos volverán con fuerza al recinto de Ables en una tercera jornada que promete emociones y diversión.
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Sara I. Belled y Leticia Aróstegui
Doménico Chiappe | Madrid
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