Lugones busca atraer constructores y resolver el problema de la vivienda, con el alquiler disparado

Es uno de los motivos por los que el equipo de gobierno local (PSOE) no quiere esperar al desarrollo privado del nuevo gran bulevar de Lugones y ya ha dado los primeros pasos para ejecutar la urbanización de la zona –desde la calle Leopoldo Lugones hasta su entronque con Río Ibias y la glorieta de Malvarán– para hacer atractiva la zona. «Un impulso urbanístico importante que puede resultar beneficioso para los propietarios, al dar más visibilidad a los terrenos colindantes, lo que pudiera traducirse en un mayor interés en el desarrollo de los suelos en los que se incluyen estos terrenos, al disponer de una vía de conexión completamente urbanizada que sirve de puerta de entrada para los restantes viarios interiores», se señala en el documento para la tramitación ambiental de la actuación al que ha tenido acceso EL COMERCIO.

La superficie sobre la que se va a intervenir consta de 18.560 metros cuadrados, formada por 23 parcelas catastrales afectadas, algunas de ellas totalmente y otras parcialmente. De ellas, la totalidad del suelo se encuentra libre de edificación y está ocupada prácticamente en su totalidad por prados, exceptuando la presencia de un aparcamiento en la zona norte del ámbito, en la conexión con la glorieta de Malvarán, que actualmente da servicio a un concesionario automovilístico. Del total, casi 16.000 metros cuadrados se destinarán a zona verde y 2.600, a viario. El objetivo que se persigue es permitir la apertura del tramo y la zona verde pendiente de ejecutar de la avenida de la Constitución.

El equipo de gobierno acaba de presentar el proyecto –dentro del trámite ambiental– para la construcción de este nuevo bulevar que atravesará la localidad y facilitará el desarrollo residencial y de servicios de la zona. El Plan General de Ordenación del municipio de 2006 preveía para la población «un ambicioso plan de crecimiento, cuyo elemento más destacado era el desarrollo de un enorme vial que discurriría sensiblemente en dirección norte-sur, paralelo a la avenida de Oviedo por su lado este».

La conformación de este bulevar se encomendaba a la iniciativa privada, mediante su ejecución fragmentada, asignando la obtención de los terrenos necesarios y su urbanización a los distintos desarrollos urbanísticos en que el PGO dividió los suelos objeto de crecimiento, conformando un mosaico de unidades urbanizables «que permitía completar toda la infraestructura prácticamente desde el polígono de Puente Nora, al sur, hasta la glorieta de Malvarán, en el extremo norte de Lugones». Hasta la fecha, este mecanismo de gestión ha permitido la apertura de este viario en una longitud cercana a los 500 metros, completando aproximadamente su tramo central.