La discusión entre amigos en Grado que acabó con dos menores hospitalizados

Según fuentes de la Guardia Civil, en el momento de los hechos, en torno a las 11.55 horas de ayer, en la vivienda únicamente se encontraban los dos menores, «sin la presencia de ningún progenitor ni persona mayor de edad, presentándose posteriormente el padre del menor». El herido de mayor gravedad vivía en ese piso con sus padres y dos hermanos menores que él. «Una familia normal, de hola y adiós pero muy educados», recuerdan en el portal. El Área de Delitos contra las Personas de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Asturias se ha hecho cargo de la investigación.

Durante toda la mañana de ayer agentes de la Benemérita estuvieron recabando pruebas tanto en el domicilio como en la calle. Mientras la investigación determina la causa del suceso, los vecinos son los únicos que están aportando datos que podrían esclarecer el terrible suceso. Así, los vecinos del piso primero del edificio relataron a EL COMERCIO que «estábamos en casa sonó el timbre y al abrir nos encontramos a la niña sangrando por la cara. Le preguntamos qué le había pasado y nos explicó que había reñido con I. H. y que entonces éste se tiró a ella con un cuchillo rajándole al cabeza por la parte de atrás». Mientras escuchaban el relato y trataban de calmarla «otro vecino bajó gritando que el niño se había tirado por la ventana». Los momentos siguientes fueron angustiosos, relatan los vecinos, que bajaron a la calle y se encontraron con I. H., tendido e inmóvil en la acera. «No les escuchamos discutir, ni hubo voces, ni golpes sólo cuando bajó la cría corriendo llena de sangre». Otros vecinos del barrio aseguran que oyeron al niño gritar que «se iba a tirar por la ventana».

José Jiménez, vecino del bloque, fue uno de los primeros en bajar a la calle y encontrarse tendido en la acera el cuerpo de I. H.. «Impresionaba verlo tan niño ahí tendido sin moverse. Se avisó con rapidez a los sanitarios que tardaron varios minutos en llegar y después estuvieron un rato grande en la ambulancia para estabilizarlo». Reconoce que «se nos hizo eterna la espera, nos pusimos muy nerviosos, llovía fuerte pero casi ni nos dábamos cuenta».