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SARA GARCÍA ANTÓN
BUYERA.
Domingo, 9 de junio 2024, 02:00
Cuentan que ya la bebían los celtas, vikingos y mayas, que los griegos pensaban que concedía el don de la oratoria y que era el néctar favorito de Julio César y Cleopatra. Después, con el paso de los siglos y la aparición de nuevos ... caldos, se le fue perdiendo la pista a la que se considera la primera bebida alcohólica de la historia. Ahora, la hidromiel vuelve a abrirse camino. Y ayer se pudo constatar en Santo Adriano el renacer de este fermento de agua y miel, que trata de hacerse su hueco en el mercado y que protagonizó la primera edición de un festival que llenó el área recreativa de Buyera. Cerca de seiscientos litros se pusieron a la venta en el Hidromiel Fest, el primero que se celebra en España con esta bebida como eje, con cuatro productoras. Además de la anfitriona, Zángana, otras tres llegadas de Aragón (Rasmia), Ávila (Decuria) y Galicia (Fenrir).
«Es la gran desconocida», apuntaban en los estands desde donde servían la bebida. «A todos nos suena, pero...». Pero luego hay que atreverse a probarlas. Y es en plural porque hay tantas variedades de hidromiel como gustos. Desde las que llevan poco alcohol (3,5 grados, menos que una lager) hasta las que alcanzan los dos dígitos. Siempre con la base de agua y miel, esta puede ir aderezada de un sinfín de elementos: arándano, limón, jengibre, manzana, maltas... Para darle un toque más seco o dulce. Y, remarcaba Mónica Redondo, de Decuria, es una bebida sin gluten.
«La hidromiel no tiene por qué ser menos ligera sólo porque tenga miel», explicaba Samuel Marqués, de Zángana, productora anfitriona, con la sede muy cerca de donde se celebró el festival.
«Este es un sector pequeño pero en claro crecimiento», apuntaba el presidente de Aeshi, la Asociación Española de Hidromiel. Marc Artiques valoraba el trabajo desarrollado en Santo Adriano para sacar adelante este primer festival de ámbito nacional. Una cita por la que además de los vecinos del concejo se pasaron muchas personas, llegadas de distintos puntos de Asturias y también de fuera de la región, algunos incluso se acercaban al ver la carpa mientras hacían la senda del oso.
La alcaldesa de Santo Adriano, Elvira Menéndez, fue una de asistentes. «Es un festival interesante y diferenciador», indicaba sobre la cita, que contó también con puestos de artesanía, actividades pensadas para los niños., ‘food trucks’ y, por supuesto, una cata de hidromiel. Allí estaban también integrantes de Hijos del Lobo, con su taller de manufactura de cota de malla, artesanía vikinga y espadas artesanales. Y las jugadoras de Las Fañagüetas, equipo femenino de rugby 7, para promocionar este deporte. E integrantes de Rompiendo Distancias dando una demostración de que la edad no es impedimento alguno para marcar el ritmo.
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