Imágenes cedidas por La Voz de Ibiza
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Pistola táser, porras y varios policías: así fue la detención del asturiano que la emprendió a hachazos con sus compañeros en Ibiza

Una de las víctimas se encuentra grave tras sufrir un gran corte en la cabeza, otra se tiró al agua para salvarse y el agresor está ingresado en el servicio de psiquiatría del hospital Can Misses

Miguel Rojo y Lidia F.

Gijón

Lunes, 8 de julio 2024, 19:05

Nadie se lo acaba de explicar. Ni los testimonios de quienes coincidían con él en el puerto de Ibiza, donde no era la primera vez que trabajaba durante la temporada de verano, ni en Luanco, donde su madre, ya jubilada, es muy conocida por regentar una tienda de regalos en la capital gozoniega, donde reside su familia. El caso es que Ó. F., de 30 años, según informa la Policía Nacional, la emprendió a hachazos con sus compañeros de tripulación al grito de «os voy a matar», llegando a herir gravemente a uno de ellos, que sufrió un severo corte en la cabeza que le afectó también a la oreja. Se encuentra estable dentro de la gravedad. Otra compañera saltó al agua para salvarse y fue tratada de un episodio de hipotermia. Así las cosas, el asturiano fue detenido como autor de un triple delito de tentativa de homicidio -también usó un cuchillo de cocina- y otro de lesiones.

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El hacha que usó el asturiano para agredir a sus compañeros.

La detención fue espectacular, y se produjo a las 2 de la madrugada del domingo, en el propio ferry en el que trabajaban agresor y agredidos, que acababa de llegar de Formentera. Fue el capitán del barco el que alertó a la Policía pidiendo ayuda. El episodio había comenzado sobre la una de la madrugada, cuando uno de los tripulantes echó de menos un hacha, y al preguntarle a Ó. F. si sabía dónde estaba este «se volvió como loco» y empezó a gritar que les iba «a matar a todos». Cuando la policía se acercó al barco, el agresor trató de evitar que subiesen, retirando la pasarela. Los agentes lograron acercar la embarcación al muelle tirando de unos cabos y uno de ellos, al ver que no deponía su actitud y les lanzaba patadas sin parar, utilizó un dispositivo de inmovilización mediante descarga eléctrica, el conocido como pistola táser. Con la ayuda de sus porras y abalanzándose sobre él, lograron inmovilizarlo y llevárselo detenido.

El cuchillo que le requisó la Policía.

Los familiares del asturiano, según ha podido saber este periódico, están todavía en shock y lamentan lo sucedido. También se mostraron muy preocupados por el estado de salud de las víctimas, que fueron trasladadas al Hospital de Can Misses y la Policlínica del Rosario. El agresor fue ingresado también en el servicio de psiquiatría del hospital, donde se encontraba a disposición del juzgado de guardia, bajo vigilancia y pendiente de observación.

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