El Museo Marítimo, un viaje con piratas entre piezas únicas

El museo tiene cuatro exposiciones permanentes: biología marina, carpintería de ribera, pesca artesanal e historia de la navegación, y según García, «la variedad es lo que le distingue de otros». Sin embargo, considera que «lo más genuino es el área de etnografía», que se encuentra en la planta baja. En esta zona hay embarcaciones y artilugios «del Cantábrico, no solo de Asturias ni de Luanco» ya que, según explica, el tipo de pesca es común en toda la zona. Todos los barcos expuestos han navegado en algún momento y casi todas las piezas son donaciones «porque esto no se compra». Los aparejos expuestos también son reales, salvo algún tipo concreto «que se pudre enseguida», a causa de los materiales con los que están hechos, como varas de avellano o cordel de cáñamo. Sin embargo, estos objetos han sido reproducidos por un marinero colaborador del museo para su exposición, y todos ellos han sido clasificados según las especies de peces a capturar.

Al final de la sala se encuentra una representación a tamaño real de un taller de carpintería de ribera. Todos los elementos que incluye han sido usados previamente, «desde las herramientas, el banco y las plantillas hasta el almanaque», cuenta el director del museo. Además, a su alrededor están expuestos otros objetos como remos, boyas, balizas o potadas, un tipo de ancla artesanal.

El área de biología marina está al lado. En ella destaca la amplia colección de fósiles, recientemente enriquecida gracias a la donación de un comerciante gijonés. El área incluye también un espacio dedicado a la malacología, el estudio de los moluscos, «que son tan numerosos que parecen infinitos».

Sin embargo, la zona más destacable es la gran colección de huesos de ballena «porque probablemente en España no haya un museo con una recopilación tan amplia». Se trata de una ballena extinta del Cantábrico pescada por marineros asturianos, cántabros, gallegos y vascos en la Edad Media en Luanco, playa donde fueron hallados los restos expuestos.

El museo alberga también una zona de historia, que empieza en el Neolítico y termina en la actualidad. Además de maquetas de barcos egipcios, fenicios, griegos, romanos y vikingos, así como mapas y cartas de navegación, entre otros objetos, el área de historia incluye una representación del camarote de un barco, hecha con elementos reales. Sin embargo, el museo necesita «más espacio», reclama el director, al tiempo que incide en que este es el principal problema que enfrenta el centro y por el que se han visto obligados previamente a rechazar donaciones.

El museo también hace un guiño a los piratas, exposición que nació como temporal y debido a su éxito aún no ha sido retirada. El espacio incluye un barco que se puede explorar por dentro y un recorrido a través de la vida de algunos de los piratas más conocidos, como Barbanegra, así como las dos primeras mujeres declaradas culpables de piratería, Mary Read y Anne Bonny. También una sección de mitología, que incluye tópicos como el tesoro o el loro, «que les hacen parecer hasta simpáticos cuando ciertamente no lo eran».

El museo prevé abrir una nueva exposición en febrero, que representará el tema de la contaminación con un enfoque para los más pequeños de la casa. Estará en una sala anexa al área de biología marina.