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Durante una mañana entera, la lonja de pescadores del puerto de Luanco acogió ayer a más de setenta escolares de Gozón, llegados de La ... Canal, Vallina y el Centro Rural Agrupado (CRA) Cabu Peñes. En unas horas, el muelle quedó lleno de aprendices o 'pequepescadores', como se llamaron ellos mismos, ilusionados por aprender el oficio gracias al proyecto Puerto Felicidad.
Lo importante, explicó Francisco González, director general de Pesca Marítima, es «tener cantera en el mundo de la mar en Asturias», de ahí que este tipo de actividades ayuden, «iniciando a los niños a que conozcan la actividad pesquera del pueblo».
El taller, organizado por Pesca España en colaboración con la asociación Educación Azul, ya se hizo anteriormente en Ribadesella, donde tuvo un gran éxito. Además de querer «repetir» la experiencia, subrayó Javier Garaz, presidente de Pesca España, el objetivo es «atraer al talento joven, incentivar a las nuevas generaciones», pues «uno de los grandes problemas que tenemos es el relevo generacional».
Coincidió con él el patrón mayor de la cofradía de pescadores de Luanco Santo Cristo del Socorro, Abraham Mazuelas, quien lo señaló como algo esencial para que «la pesca aguante» en los próximos años. Además, reclamó «mayor ayuda de las administraciones, que se valore lo que hacemos».
Las actividades en la lonja luanquina comenzaron con la aparición de tres actores –guías durante los ejercicios–, «buscando a los nuevos pescadores de Luanco». Divididos en grupos, los niños pescaron en pequeñas piscinas, rularon lo capturado y se sacaron un carné de pescadores, entre otras cosas.
«Los niños están muy contentos, la parte que empieza con la pesca siempre les llama y luego quieren seguir», dijo Patricia Alcubilla, una de las organizadoras que enseñaron a los pequeños a jugar. Ellos mismos lo corroboraron, ya ilusionados y con ganas de probar desde por la mañana, como Diego Menéndez, alumno de nueve años del CRA Cabu Peñes. «Estuvimos pescando, pero al final yo no pude coger ninguno», comentó algo decepcionado.
Aun así, dijo «saber algo», igual que otros compañeros de clase, pues tiene familiares dedicados a este oficio. Para Hugo Cueto, de diez años, el tema le tocaba más de cerca. «Llevo tiempo queriendo ir a pescar y ahora puedo», dijo feliz este alumno de La Canal.
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