Rosa Somoano pronuncia el pregón con el que se inauguran las Fiestas del Socorro 2024. FOTOS: PABLO NOSTI

Gozón rememora su historia siempre unida al mar

Rosa Somoano da el pistoletazo de salida de las Fiestas del Socorro recordando una vida entera dedicada a Luanco

Ana Rodríguez

Luanco

Lunes, 29 de enero 2024, 01:33

«Rosa Somoano cumple a la perfección los requisitos exigidos para ser pregonera», aseguró ayer el alcalde de Gozón, Jorge Suárez, mientras introducía a la artista luanquina que, minutos más tarde, daba el pistoletazo de salida de las Fiestas del Socorro de 2024.

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Suárez destacó ... de la artista local «su pasión por Luanco y su esfuerzo desinteresado», además de ser una gran profesional y creadora «que transforma todo lo que ve». Desde pintura y cerámica hasta colaborar en la elaboración del belén de la Torre del Reloj de Luanco, ningún tipo de arte se escapa de las manos de la pregonera de este año, «que toca la guitarra sin saber tocar y canta sin conocer la letra», la presentó. Antes de dar paso al discurso de Somoano, el alcalde deseó unas felices fiestas «y unos días de celebración en los que olvidar todo tipo de penurias».

Entre aplausos, Somoano se subió al escenario con su abrigo de pelo y su cuello enjoyado. Antes de comenzar a hablar, se procedió a la tradicional colocación de la insignia de oro que reciben todos los pregoneros del Socorro; la sala se quedó en completo silencio, expectante ante lo que la artista tenía que decir.

«Es un orgullo dar este pregón, que tantas veces escuché y tantas veces quise pronunciar», comenzó Somoano tras confesar estar un poco nerviosa «al ver tantas caras conocidas». Así, dio paso a la historia de su vida comenzando por su nacimiento en la comandancia de marina de Ceuta, «un 27 de mayo en los tiempos de 'Maricastaña'», preludio de una vida entera unida al mar.

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Somoano pidió un aplauso para todos los marineros y sus mujeres, así como para un grupo de «valientes pioneras y emprendedoras» de Luanco que, hace años, gestionaron una pequeña cooperativa «y cuando los barcos no podían salir a pescar, cocían sardinas que luego vendían para hacer empanadas».

La luanquina recordó a su madre, Ángeles Somoano, que le enseñó «todo su arte». También compartió sus primeros recuerdos en Luanco, en la escuela «sentada en una banqueta de madera sin quitar la vista de una muñeca que le había tocado a la profesora en una rifa ambulante». En aquella época, los niños y las niñas no podían mezclarse en los recreos y Somoano revivió el «miedo que teníamos cuando nos pillaban». Tampoco faltó una mención a las tardes de domingo «cuando era costumbre pasear del cine de abajo al cine de arriba y repetirlo varias veces», siempre saludando a todo aquel con el que se cruzara aunque fuera por cuarta vez, «a veces ya daba hasta apuro, pero se hacía».

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Entre otra vivencias, Somoano destacó acudir a las tiendas de chucherías y juguetes «a comprar caramelos de azúcar requemado con cacahuetes». También los talleres de bordado en los que poco aprendía porque «nos contaban siempre una novela de amor».

Echando la vista atrás a las Fiestas del Socorro de su juventud, la luanquina recordó las verbenas y las despedidas en verano con la promesa de reencontrarse el 5 de febrero.

Tras hacer un brindis por sus hijos, recomendó a los presentes varias actividades de las fiestas, como las calderadas de pescado o bailar «muy agarrados» en las orquestas. «¡Vivan las Fiestas del Socorro!», gritó antes del chupinazo y la actuación del coro El León de Oro. La presente edición de las fiestas se prolongarán hasta el próximo 5, día del Socorro.

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