«Estamos bebiendo agua que no tiene las garantías sanitarias que debería tener»

Asimismo, precisaron que los vecinos de Bañugues y otras parroquias rurales de Gozón no cuentan con la misma suerte. «Estamos bebiendo agua de la Ñora de San Jorge que no tiene las garantías sanitarias que debería tener el agua potable que se suministra a una población. Estamos pagando por un agua que no podemos consumir», afirmaron.

En esta línea, la asociación instó al Ayuntamiento a adoptar las medidas pertinentes con el objeto de corregir las deficiencias detectadas. «Si la Ñora de San Jorge no puede ser garante del cumplimiento de esas normas, lo más fácil y seguro será que los vecinos de Bañugues y los de otros pueblos que estén en la misma situación, beban agua de Cadasa como marca la ley, para dar a los habitantes agua con garantías sanitarias. Los de los pueblos no podemos ser los ciudadanos que viajen en el vagón de tercera clase como ya pasó cuando se inauguró el primer tren de Asturias a la meseta en 1884. Parece que seguimos siendo ciudadanos de tercera y sin atisbo de corregir la situación por parte del Ayuntamiento a pesar de ser un problema de Sanidad Pública. Los vecinos de Bañugues y otras parroquias no pueden seguir relegados bebiendo agua de la Ñora de San Jorge sin cumplir las recomendaciones hechas ya hace meses», concluyó la Asociación Curbiru de Bañugues.

Ya a principios de noviembre, los vecinos de la aldea El Monte de Bañugues, denunciaron a este periódico, a través de su portavoz, Adela Aranda, que más de 400 vecinos se estaban viendo afectados por esta situación, y que el agua que estaban recibiendo no se podía utilizar ni siquiera para el aseo personal. Ahora, aseguran que no se ha resuelto todavía. «Seguimos comprando agua en el supermercado porque la que recibimos no se puede utilizar, es así de simple. Aquí hay ciudadanos de primera y de segunda, los de Luanco son los únicos que la reciben en condiciones óptimas. Lo llevamos reclamando desde 2019 ante el Ayuntamiento y no se ha hecho nada al respecto. Lo peor es que tenemos que seguir pagando por un servicio que no utilizamos. Es una vergüenza», criticó Aranda.